Mercado y sala cívica, Torrent
Guillermo Vázquez Consuegra 


El edificio se ha construido en la parcela que ocupaba el viejo mercado, de base trapezoidal, adosado a una medianera y con tres fachadas, la más corta hacia la Plaza de Colón, en cuyo centro se alza la torre medieval islámica, símbolo e imagen de la ciudad valenciana.

En el mismo solar que ocupaba el viejo mercado, el nuevo edificio retrasa la línea de fachada hacia la plaza para poner en valor la torre medieval del desaparecido castillo de la ciudad, declarada Bien  de Interés Cultural. 

El programa contempla el nuevo mercado, un área comercial de calidad y un supermercado, además de una gran sala cívica para uso comunitario. La hibridación de usos y sobre todo la yuxtaposición de espacios evoca el modelo tipológico de los grandes edificios renacentistas italianos, que sobre el mercado construye una gran sala comunal, un espacio de gran capacidad con acceso desde el exterior, destinado a uso público. El proyecto plantea retrasar la línea de fachada a la plaza hasta alinearla con las construcciones adyacentes, a fin de destacar y poner en valor la presencia y protagonismo de la Torre. Al mismo tiempo, propone un edificio contemporáneo en el interior de su centro histórico, tratando de conseguir una trabazón armoniosa con las preexistencias, una relación de continuidad física e histórica en la ciudad.

La organización del edificio es sencilla: los elementos de comunicación vertical y servicios se adosan a la medianera, ubicando el vestíbulo principal en paralelo a la Calle Cervantes —vía peatonal que desemboca en la plaza, desde la que se accede también al mercado—. En el vestíbulo se localizan escaleras fijas y mecánicas, que permiten registrar todas las plantas del edificio. Se trata de un espacio fluido, vertical y continuo, al servicio de las funciones que se desarrollan en cada nivel cuando están en activo; cuando no es así, un sistema de puertas deslizantes aísla el espacio que se vuelve más áulico y representativo. La gran sala polivalente puede subdividirse en dos recintos y se asoma a la plaza a través de una amplia terraza cubierta. La posición de las escaleras, mecánicas y fijas, está planteada de manera que al acceder a la cota de la sala se aprecia un magnífica vista sobre la Torre y la plaza. La iluminación natural es la protagonista de este amplio espacio diáfano. Luz y estructura se acomodan para resolver los requerimientos de la sala de celebraciones: amplios lucernarios abiertos a Norte forman parte de una estructura reticular de grandes luces. El control solar y de vistas a través de las fachadas acristaladas son fundamentales en el edificio debido a las diversas funciones que se desarrollan en su interior y a la proximidad de las edificaciones residenciales de su entorno próximo. El uso de celosías metálicas encuentra su referencia en elementos de la tradición local, interpretados en clave contemporánea, para lograr una integración armoniosa con el entorno histórico de la plaza.

La sala polivalente, que puede subdividirse en dos recintos, se asoma a la plaza a través de una amplia terraza cubierta; la luz natural protagoniza este amplio espacio diáfano, con grandes lucernarios orientados al norte.


La utilización de celosías metálicas, inspiradas en la tradición local, como elemento esencial de las fachadas, permite atenuar el soleamiento directo y tamizar las vistas, en un entorno de construcciones de tipo residencial.