Las haciendas de olivar, sucesoras en el tiempo de las alquerías musulmanas y de las explotaciones agrícolas romanas, constituyen las construcciones rurales de mayor interés arquitectónico del Bajo Guadalquivir. Esta tipología integra en un recinto introvertido dos ámbitos diferenciados: el señorío —con un extenso jardín— y la casa de labor, ambos con sus respectivos patios. Del siglo XVIII data la hacienda de Santa Ana, rehabilitada y ampliada ahora para alojar las nuevas dependencias del ayuntamiento sevillano de Tomares.

La estructura de patios y los espacios intersticiales son tan importantes como lo construido al recuperar como ayuntamiento una hacienda de olivar del siglo XVIII. Lo que fuera el jardín del señorío es hoy un parque público.

Como punto de partida de una intervención que pone en valor la estructura de patios existente y la extiende a la obra nueva, se demolieron añadidos que carecían de valor patrimonial y se transformó el jardín de la hacienda en parque. De las antiguas edificaciones se han conservado los entramados de madera y las cubiertas inclinadas de teja árabe, y se ha optado por un acabado en color blanco para las nuevas. El área del señorío, con fachada barroca a la plaza del ayuntamiento —el arco rebajado bajo el balcón se mantiene como acceso principal—, re-suelve las funciones más públicas, reforzada por la presencia de dos patios. El primero de ellos, presidido por un ficus, actúa como vestíbulo al aire libre, dando paso a la sala de atención al ciudadano. El segundo, al que se llega desde el primero atravesando la base de la torre-mirador, es el patio del señorío propiamente dicho: delimitado por una arquería de medio punto sobre pilares de mármol en el lado norte, y por un muro almenado al sur, aloja en torno suyo despachos y la sala de reuniones. Este área conecta en planta alta con la que fuera casa del guarda, al otro lado de la entrada del apeadero, en la que ahora se sitúan las oficinas de la policía local.

Cuatro patios articulan la planta de la hacienda. Los dos primeros, en el antiguo señorío, organizan el área del ciudadano. Los dos segundos, en la zona de labor, dan acceso a la alcaldía, la sala multiusos y el salón de plenos.

La sala polivalente ocupa el antiguo almacén, entre el patio central y el de los limoneros. Un lucernario levantado sobre un muro aligerado por arcos de medio punto evita los huecos y facilita montajes e instalaciones.

La zona de labor se organiza también en torno a dos patios, ambos de mayor dimensión y con acceso desde el jardín. El patio occidental se cierra en el costado norte con un edificio de nueva planta que, a caballo entre las dos áreas del ayuntamiento, aloja el salón de plenos municipales. El último patio, salpicado de limoneros, precede a la crujía también nueva de la alcaldía, al fondo de la parcela, de la que emerge una pieza en forma de T para comple-tar la fachada norte, telón de fondo del jardín. En el centro del conjunto, el viejo almacén se ha rehabilitado como sala de usos múltiples. Para ello se ha creado a través de él un paso independiente que conecta los dos patios mayores y se ha levantado en su cubierta un lucernario longitudinal: su presencia libera los muros de ventanas y favorece la adaptación de la sala para cualquier montaje. 


Cliente Client

Junta de Andalucía, Ayuntamiento de Tomares

Arquitecto Architects

Guillermo Vázquez Consuegra 

Colaboradores Collaborators

Marcos Vázquez Consuegra (aparejador quantity surveyor); J. Amaya, F. Mazzarella, P. Caro, R. Kruszewski, M. Zahnd, S. Costa; I. González, F. Díaz; A.G. Camarasa (jardinería gardening); E. Laredo (mobiliario furniture)

Consultores Consultants

F. Medina (estructura structure); Insur-JG (instalaciones mechanical engineering) Contratistas Contractors Necso; Euro-Bogar (piedra natural natural stone)

Fotos Photos

Jesús Granada; Duccio Malagamba