El laboratory for Integrated Science and Engineering (LISE) fue una respuesta a la necesaria ampliación para el Departamento de Física de la Universidad de Harvard. El programa requería tres mil metros cuadrados de espacio libre, mil cuatrocientos metros cuadrados de laboratorios de escáner de alta sensibilidad sin vibración, ruido o polvo; mil cuatrocientos metros cuadrados de laboratorios de síntesis de materiales; y ocho mil cuadrados de laboratorios IRL. Completaban el programa áreas adicionales para la administración, facultad y oficinas de estudiantes, salas de conferencias y aulas, así como sistemas mecánicos y eléctricos y otras áreas de servicio, hasta un total de treinta y ocho mil metros cuadrados.

La sala estéril, laboratorios de escáner y laboratorios de síntesis de materiales son instrumentos indispensables para el desarrollo de la nanofísica. Por ello, el Departamento de Física quería que el edificio se situara próximo al edificio original, de manera que pudiera darse una cómoda conexión entre los laboratorios existentes y los nuevos. Se trata de una conectividad que también quiso extenderse a los departamentos de Química y de Biología, con la idea de reforzar las relaciones entre distintos campos de investigación.

Partiendo de estas premisas, los parámetros del diseño estuvieron marcados por las exigencias estrictas de eliminación de vibraciones, campos magnéticos, ruido y polvo, así como por el cumplimiento de unos rigurosos códigos de seguridad y por la accesibilidad fácil a los nuevos laboratorios tanto de personas como de materiales. Todas estas condiciones llevaron a considerar la posibilidad de situar parte del edificio bajo tierra.

No fue fácil identificar un área en el campus en la que situar una parte considerable del programa subterráneo y que estuviera próxima a los departamentos, pero al final se optó por el entorno inmediato de los edificios del Departamento de Física. Esta ubicación demostró ser óptima porque facilitaba el contacto con los edificios Lyman, Cruft, y McKay —todos los cuales convergen en este punto— y porque el retranqueado del nuevo edificio en Oxford Street constituía una respuesta aceptable por parte de la Ciudad de Cambridge, toda vez que la mayor preocupación del arquitecto era construir en este lugar respetando el carácter del campus.

Por ello, el Laboratorio renuncia a su independencia; acepta su condición de remodelación, y no se convierte, en ningún momento, en un obstáculo para la visión y disfrute de los espacios abiertos que son tan característicos del Harvard Yard...[+]