A unos veinticinco kilómetros de distancia de Olot se encuentra la ciudad condal de origen medieval de Besalú, entre los ríos Fluviá y Capellades. La guardería se inserta en el límite con el campo, del que se separa por un filtro de cilindros de pvc de diferentes colores, que giran sobre su eje. La piel de cilindros no se limita, sin embargo, a esta fachada, sino que recorre todo el edificio como una valla porosa y colorista. Tras este primer filtro se encuentra el gran patio de juegos descubierto y, a continuación, una nueva hilera de cilindros —esta vez, suficientemente distanciados entre sí para permitir el paso de los niños—, una zona de recreo porticada, el cuerpo principal con las aulas, una banda de aseos y, finalmente, una sala de usos múltiples. Así, la guardería puede entenderse como una secuencia de espacios dispuestos en paralelo, separados por superficies más o menos transparentes, que van desde lo más exterior a lo más íntimo.