Edificio de oficinas, Escombreras
CHS arquitectos 

Edificio de oficinas, Escombreras

CHS arquitectos 


Los nuevos procesos industriales, más respetuosos con el medio ambiente y menos necesitados de grandes maquinarias, están dando lugar a una transformación sustancial de los edificios en los que se instalan. Lejos ya de los grandes despliegues estructurales a los que la construcción industrial del siglo XIX parecía abocada, los centros productivos del nuevo milenio son todo un ejercicio de contención formal y técnica; contenedores abstractos en los que el protagonismo tecnológico recae en la propia maquinaria y no en la edificación que la alberga. El nuevo edificio administrativo para una fábrica de carburantes ecológicos en Escombreras es un ejemplo de cómo la industria es capaz de integrarse en unpaisaje contradictorio de huertos aterrazados y complejos fabriles.

Tras un muro de piedra como los que cercan los huertos vecinos, el edificio de oficinas se sitúa entre la carretera y una fábrica de carburantes para definir la imagen de una industria más respetuosa con el medio.

Rodeado por una corona de colinas de roca rojiza, el valle de Escombreras es un tapiz de cultivos agrícolas en el que el desarrollo ha sembrado un sinfín de construcciones industriales y agujeros de contaminación. Con la intención de reconducir esta situación, la nueva fábrica recupera un limonar acotado entre dos ramblas, para definir la imagen de una industria más condescendiente con su entorno. La edificación se agrupa en un volumen lineal que, como un muro grueso, asume un doble papel de telón de fondo de la vegetación y de límite entre la carretera y la fábrica. En este edificio que quiere ser un fragmento de cerca, el vacío de control de paso y pesaje segrega el edificio de empleados del cuer-po dedicado a administración y atención al público. La edificación se presenta así dividida en dos prismas ordenados en vanos de 5 x 15 metros que facilitan la distribución flexible de los puestos de trabajo. El interior, totalmente diáfano, se ilumina a través de patios profundos inscritos en la retícula estructural que favorecen la organización por sectores. Ocupando todo el ancho de crujía —aunque invisible desde el exterior— un atrio situado en el cuerpo principal canaliza el acceso de público, protegido del sol por una pérgola.

Mostrando su retícula estructural, el edificio se enfrenta a la carretera con un aparejo rústico de piedra procedente de una cantera cercana que acerca su colorido al de los muros que delimitan las propiedades agrícolas de la zona y mejora con su espesor el comportamiento acústico y climático del conjunto. La fachada opuesta —abierta al huerto de limoneros que actúa de vínculo entre las naves y las oficinas— se protege de la fuerte luz meridional mediante lamas horizontales de hormigón, redundando en el carácter pétreo de una fábrica que parece surgida de la escollera de la rambla.

Las oficinas se separan del muro pétreo mediante distintos tipos de patios; el situado en el extremo norte aparece dominado por un estanque, y el de acceso se cubre con una pérgola de hormigón.


Cliente Client
Abener, Abengoa

Arquitectos Architects
Rafael Casado, Antonio J. Herrero, Juan Suárez

Colaboradores Collaborators
Juan Talegón (aparejador quantity surveyor) 

Consultores Consultants
Juan Talegón, Rafael González (ingeniería industrial industrial engineering) 

Contratista Contractor
San José

Fotos Photos
Fernando Alda