Situado en el número 9 de la calle Bretón de los Herreros de Barcelona, este edificio de oficinas compartidas se abre a un patio orientado al sur presidido por un árbol cuyo fruto, la clementina, da nombre al conjunto. El diseño del estudio madrileño liderado por Izaskun Chinchilla está inspirado en las preexistencias rurales del barrio de Gracia y la tradición modernista local, ejemplo de la cual es la cercana Casa Vicens de Antoni Gaudí. Por ello, se utilizan cuidadas cerámicas que trasdosan la fachada y los interiores. Los tonos arcilla muestran la materia prima original de las piezas semivitrificadas, combinadas con la madera del mobiliario y los colores vivos como los de los tejidos que cubren las barandillas.

Con un área construida de 384 metros cuadrados, el edificio cuenta con paneles solares con los que se cubre gran parte de las necesidades energéticas, reduciendo el consumo con sistemas pasivos como la ventilación natural. La escalera, centrada en planta, se remata en cubierta con un amplio lucernario vidriado y una chimenea solar, garantizando así la renovación del aire.