Ubicadas en un barrio residencial de viviendas unifamiliares donde las ordenanzas determinan la disposición aislada de las construcciones en sus parcelas, estas dos casas tensan entre sí sus relaciones en un proyecto que a la vez las singulariza y las iguala. Realizadas para dos hermanos, cada una responde a un modelo de vida distinto. Mientras que la más pequeña desarrolla un programa convencional, la otra ha sido concebida para cuatro personas que viven en comunidad. La distribución de esta última revela su singular planteamiento en la disposición y en los tamaños no jerarquizados de sus cuatro amplios dormitorios, provistos de altillos. Partiendo de premisas tan diferentes, cada casa evidencia, a través de su disposición, volumetría y materiales, la voluntad de diferenciarse de la otra. Al mismo tiempo, la solución adoptada para protegerse del exterior mediante un muro común, o cómo la ubicación de las casas genera un amplio jardín bien orientado, dotan al conjunto de unidad. En el convencional entorno donde se insertan, esta disposición puede interpretarse como un signo de vocación urbana.

Las dos casas, retranqueadas reglamentariamente de la calle, se alinean sobre el muro que recorre todo el frente de la parcela. Sobre éste se alzan las siluetas convergentes hacia el centro de sus fachadas. El muro permite no sólo preservar la intimidad de las viviendas; también las protege de la orientación más desfavorable. El espacio entre la calle y las viviendas se trata casi como un jardín público, con una pérgola que discurre paralela y apoyada sobre el muro. Destacada en tamaño de las entradas individuales a las viviendas, la puerta centrada de acceso al jardín potencia la atractiva ambigüedad de este espacio y evidencia también el carácter unitario de la intervención.

Dispuestas perpendicularmente entre sí, ambas viviendas tienen plantas sensiblemente rectangulares. De esta manera liberan en el interior de la parcela un amplio espacio, un generoso jardín orientado a sur y oeste del que disfrutan las dos casas. La disposición en L de éstas permite distanciar al máximo los espacios vivideros, asegurando su privacidad sin necesidad de utilizar otra separación que unos discretos elementos vegetales. Diferenciadas hacia el exterior por sus acabados —una revestida de madera y la otra revocada en blanco—, las casas muestran hacia el interior de la parcela un mayor grado de parentesco. La disposición y proporciones de huecos, las terrazas apergoladas sobre ligeros soportes y el uso de la madera son aspectos que, desde el jardín, hermanan las dos construcciones...[+]


Cliente Client
Norbert & Klaus Weigl

Arquitectos Architects
Thomas Hammer, Doris Schmid-Hammer 

Colaboradores Collaborators
T. Jeskanen, M. Weihermann 

Consultores Consultants
Behringer + Müller (estructura structure); U. Stock-Gruber (jardinería gardening

Fotos Photos
Hennina Köpke; Hammer & Schmid-Hammer