Una casa es una casa es una casa, tentación de decir, emulando a Duchamp, ante la sofisticada inocencia de esta propuesta del estudio de Dietrich Fink y Thomas Jocher. Siendo como son ambos profesores del Instituto de Planificación Urbana y Regional de la Universidad Politécnica de Múnich, sería poco verosímil pensar que tras la aparente ingenuidad de la vivienda se oculta la ignorancia sobre una de las constataciones asumidas de forma más unánime por todas las corrientes del urbanismo: el carácter destructivo del urban sprawl, la extensión desarticulada de tejido de baja densidad en torno a los núcleos consolidados. Los autores, pues, parecen haber obviado de modo consciente tal constatación, asumiendo las limitaciones inherentes a la práctica del arquitecto para concentrarse en aquellos aspectos que sí caen bajo sus posibilidades de control. En este sentido, la propuesta trata de hacer frente a otro de los peligros de ese tipo de crecimiento extensivo, el de la anomia, insertándose dentro de una corriente heredera de las reflexiones de los años setenta sobre la arquitectura vernácula, y de la vertiente ‘regionalista crítica’ del Posmoderno.
En este caso, la referencia han sido las granjas tradicionales de la Alta Baviera, pastillas alargadas de madera que reunían las funciones de vivienda y trabajo agrícola bajo una misma cubierta a dos aguas y con grandes aleros. A partir de esta evocación tipológica, el proyecto se convierte en un meticuloso ejercicio de diseño de detalle, realizado con maestría por carpinteros locales. Para la estructura se ha recurrido a un sistema similar al balloon frame, pero modificado para permitir el acristalamiento de la esquina del gran salón de planta baja. Los métodos pasivos han jugado un papel importante a todas las escalas: la distribución, con los espacios vivideros a un lado sur muy acristalado, y los espacios de servicios a un norte muy opaco, responde a un sencillo esquema óptimo para los países nórdicos; los paneles deslizantes ofrecen a la vez protección solar en verano y permiten graduar el nivel de intimidad; la parte inferior de los aleros está pintada de blanco para incrementar la luz reflejada hacia el interior. Otros detalles como los huecos de la planta alta, que se abren hacia afuera para no reducir el espacio de uso interno, las tablillas de sección cónica que discurren por delante del hueco del cuarto de baño de la planta baja, filtrando la luz hacia el interior, o el recurso a materiales naturales que faciliten el futuro reciclaje total del edificio, demuestran la voluntad de atender a todos los contextos, y de huir del ensimismamiento...[+]
Cliente Client
Ursula & Alexander Schroth
Arquitectos Architects
Dietrich Fink, Thomas Jocher
Colaboradores Collaborators
Nicole Hemminger, Toni Staudacher (estructura structure)
Fotos Photos
Fink + Jocher