Casa en el lago, Münsing
Fink+Jocher 

Casa en el lago, Münsing

Fink+Jocher 


Antes de ser utilizado como emplazamiento de villas y viviendas de recreo, el Starnberger See contaba a lo largo de su orilla con construcciones de muy distinta índole: las casas de los pescadores y agricultores que, lejos de abrirse a las espectaculares vistas de este lago al suroeste de Múnich, situaban sus talleres y almacenes en dirección al agua para protegerse de las tormentas, orientando la vivienda hacia tierra adentro. Una de estas casas ha sido recientemente remodelada para adaptarla a las necesidades de una madre y dos hijas que querían usarla tanto para reunir a los amigos como para retirarse a descansar.

Sin apenas intervenir en la mitad doméstica de la construcción original, la parte que da al lago se ha derribado para construir en su lugar dos apartamentos para las hijas, con los que el edificio ha recuperado definitivamente las incomparables vistas sobre el agua. Estos dos ámbitos casi simétricos, que comparten una escalera común, ofrecen un reducto privado durante las grandes reuniones de amigos, pero permiten también participar de las mismas tan sólo atravesando la puerta que comunica con la vivienda original. Ante lo imprevisible del tipo y número de inquilinos que habitarán en cada momento la casa, su interior se ha dividido en estancias de tamaño similar, deliberadamente neutras para poder adoptar funciones distintas. Sólo la cocina abierta con la que cuenta cada apartamento sugiere el uso como cuarto de estar de la planta alta, que busca las vistas elevándose por encima del seto límite de la parcela. Un tejado único se ciñe sobre todo el edificio, reconciliando dos mitades de una casa que siempre se darán la espalda.

La dualidad que ya era evidente en la antigua casa de pescadores se ha mantenido en el nuevo edificio, restaurando el enfoscado blanco en la mitad de tierra adentro y revistiendo el volumen de los apartamentos con listones de madera de abeto tratados con una pintura de brea de poro abierto. Los grandes huecos con los que la casa se abre ahora al lago tienen unas puertas correderas del mismo material de la fachada, de manera que cuando aquéllas se cierran, las ventanas se sugieren en la envolvente simplemente como planos rehundidos. Se evita de esta manera la proliferación de materiales y despieces que habrían comprometido aún más la unidad del edificio, puesta ya en entredicho desde el uso y la organización en planta. La casa muestra claramente su identidad dividida entre lo rural y lo urbano, la tierra y el lago; entre los modos de vida que separan y unen a padres e hijos...[+]


Clientes Clients
Barbara Backahaus & Angelika Steets 

Arquitectos Architects
Dietrich Fink, Thomas Jocher 

Consultores Consultants 
Christof Wallner (dirección de obra site supervision); Joachim Eiermann (estructura structure); Bettina Görgner (gestión project management)

Fotos Photos
Michael Heinrich