Cuatro viviendas VPO, Garralda (Navarra)

Rodrigo Núñez Carrasco  Nazareth Gutiérrez Franco 


El proyecto persigue dos objetivos fundamentales: la integración paisajística, en un entorno tan cuidado como el de Garralda y el valle de Aézcoa, y la máxima calidad habitacional de las viviendas.

Tras el análisis de los arquetipos del caserío tradicional vasco-navarro, se decide dividir el programa requerido en dos volúmenes, con cubiertas de gran pendiente, cuyas proporciones permiten una mayor adaptación a las volumetrías de la zona. Estas dos piezas se disponen en direcciones opuestas para favorecer el diálogo con los conjuntos urbano y paisajístico. La elección de los materiales es sensible y respetuosa con el entorno. La envolvente exterior se resuelve únicamente con dos materiales: en los testeros, muros fraileros y muros de planta baja se opta por mortero blanco como acabado de la fachada construida con SATE; en cubiertas y contraventanas de galerías, se utiliza la madera de pino termotratada, reinterpretando y recuperando el uso de la teja de madera, típico del valle de Aézcoa. Ambas, cubierta y galería, se funden así en un único elemento que confiere identidad propia al proyecto. Esta reinterpretación del arquetipo del caserío permite la vinculación de la propuesta con la memoria colectiva del lugar.

En el espacio exterior de la parcela no se definen límites físicos, lo que permite entender la intervención en continuidad con la naturaleza circundante, actuando como macla entre esta y el núcleo urbano.

En el diseño de las viviendas se busca la máxima flexibilidad, adaptabilidad, neutralidad y calidad espacial posible, fomentando diferentes modos de habitar. Se dispone una vivienda por planta en cada uno de los volúmenes, en planta primera y bajocubierta, y el espacio disponible de la planta baja de ambos edificios queda reservado para usos comunes. La estructura de madera contralaminada se limita a fachada y particiones de separación con elementos comunes, a fin de favorecer los cambios en la vida útil del edificio. En el objetivo de asegurar la calidad del espacio, han sido puntos esenciales la iluminación natural y la disposición de los huecos, así como la dotación de amplias terrazas exteriores, que permiten conectar con el paisaje. En el interior el uso del color y los materiales es intencionadamente neutro, para facilitar la apropiación del espacio a los habitantes.

El diseño ha seguido criterios de sostenibilidad, no solo a nivel energético (cumple con el estándar Passivhaus), sino también medioambiental (reducción de la huella de carbono, mantenimiento del ciclo del agua, fomento de la biodiversidad), social (mejora de la calidad de vida y condiciones de habitabilidad, vinculación con la memoria colectiva del lugar), y económico (fomento de la economía circular). 



ClienteClient
Navarra de Suelo y Vivienda S.A. (NASUVINSA) 

ArquitectosArchitects
Rodrigo Núñez Carrasco + Nazareth Gutiérrez Franco

ColaboradoresCollaborators
Rodrigo Núñez Carrasco, Nazareth Gutiérrez Franco, Juan Carrascosa Guardia (equipo team)

ConsultoresConsultants
Leandro Morillas (estructuras structures); Ángela Sisternes (consultora Passive House Passiv House consultant); Aiciondo Macías Ingenieros S.L. (instalaciones mechanical engineering); Asier Zarrazkin, Felipa Fernández (arquitecto técnico quantity surveyor)

Superficie construida Floor area
829 m²

PresupuestoBudget
1.432.634 €

FotosPhotos
Alberto Amores