El Arzobispo Alfonso de Fonseca mandó cons-truir en 1525 un colegio mayor para alojar a los nobles irlandeses que iban a estudiar a Salamanca. El edificio, a escasos cuatrocientos metros de la plaza mayor, se amplió en 1558 con la construcción de una hospedería en el solar contiguo, en la misma calle de Fonseca. Ambos inmuebles, visita obligada en las rutas turísticas que recorren el casco histórico, continúan hoy vinculados a la Universidad. El primero conserva su uso de colegio mayor; el segundo se ha reformado para albergar un centro de posgrado, formación y actividades culturales.

Las primeras decisiones en cuanto a la antigua hospedería fueron la demolición de una crujía que dividía el patio central en dos y de una escalera lateral, y la cubrición del nivel inferior de dicho patio; los volúmenes anejos —un cuerpo cilíndrico que alojaba el aula magna y una pieza en L en la esquina de las calles Ramón y Cajal y San Vicente— se han conservado, si bien se ha dispuesto entre ellos y la pieza principal una galería perimetral con cubierta de vidrio que, imperceptible desde el exte-rior, lleva la luz a los espacios de circulación.

En la planta baja se han ubicado dos salas de exposiciones —la mayor aprovecha el espacio de cua-tro metros de altura ganado bajo el patio y se desarrolla con el muro del antiguo colegio como telón de fondo— y dos salas de auditorio, además de la cafetería y aulas diversas. En la sala menor tienen lugar las conferencias; el auditorio mayor, con capacidad para 460 espectadores y un escenario de cien metros cuadrados, posee una plataforma elevadora que permite el traslado desde el sótano de instrumentos de gran tamaño. Un gran ventanal al fondo de la escena posibilita además representaciones con luz natural. La planta primera se destina a la academia de música antigua, que puede funcionar de manera independiente gracias a un nuevo acceso a nivel que aprovecha la pendiente de la calle lateral. Los ensayos de los músicos tienen lugar en el interior del cuerpo cilíndrico, para lo que se ha revestido el paramento circular con paños convexos que corrigen la concentración de reflexiones sonoras. Los dos niveles superiores —con una compartimentación adaptada a la composición de huecos original de la fachada— alojan las dependencias de los centros de formación continua y tercer ciclo.

Se ha empleado granito en los zócalos y arenisca de Villamayor en el resto de los muros, mientras en el interior los paramentos se han resuelto con hormigón tratado, revocos de cal y madera, y los pavimentos con barro, tarima de roble y PVC.