Biblioteca y aulario de la UNED, Madrid
José Ignacio Linazasoro 


En diciembre de 2001 se inauguró en el madrileño barrio de Lavapiés la plaza de Agustín Lara, remodelada según el proyecto ganador de un concurso convocado por la Gerencia Municipal de Urbanismo. La intervención dejaba bajo superficie un aparcamiento de cuatro plantas y salvaba un desnivel de dos alturas, concentrando en el lateral de la calle Mesón de Paredes las rampas y una escalinata. Distintos materiales distinguían cada ámbito: granito en las circulaciones, adoquín de hormigón en la zona arbolada y adoquín portugués de colores blanco y negro, en rombos gigantes, en el espacio central. Presidiendo esta plaza en el lado sur se encuentran las antiguas Escuelas Pías de San Fernando, que han sobrevivido a un abandono de casi setenta años, tras el incendio de 1936. Concluye ahora su rehabilitación —segunda fase del proyecto integral de recuperación del entorno—, que comprende la adecuación de la iglesia como biblioteca y la construcción de un aulario para la Universidad Nacional de Educación a Distancia.

En lo que fueron las Escuelas Pías, incendiadas en 1936, se sitúan una biblioteca (que ocupa la nave de la iglesia) y un aulario de nueva planta (en el solar contiguo). La reforma de la plaza forma parte del mismo proyecto.

En la nave central del templo se ha ubicado la sala de lectura, a la que se llega tras cruzar un zaguán exterior y un vestíbulo (ya en el interior) que hacen suyo el pavimento de la calle. La estancia consta de dos alturas: una principal, a nivel de la plaza, y un altillo sobre el vestíbulo. La iluminación adquiere cualidades diversas según su procedencia: una celosía de madera cubre de lado a lado la antigua nave tamizando la luz que alcanza la sala; de forma directa, los rayos bañan los muros gracias al hueco que queda entre ellos y la estructura de cubierta, poniendo de relieve su textura irregular. La sala principal se extiende bajo el cimborrio, que se ha cubierto por medio de un entramado también de madera a una cota inferior a la que antiguamente estaba techado el tambor, con lo que en el exterior permanece la imagen de lo que durante tiempo fue una iglesia en ruinas. Muebles diseñados ex profeso cualifican el espacio a modo de instalación.

El tambor de la iglesia se cubre a un nivel inferior, con lo que exteriormente permanece el carácter de la ruina. Nuevas entradas de luz, directa o tamizada por entramados vistos de madera, ponen de relieve los antiguos muros.

El aulario, en el solar contiguo, tiene su acceso en la calle Tribulete, si bien un vestíbulo descubierto ganado a la iglesia en lo que un día fue su entrada principal lo comunica con la biblioteca. Dos escaleras, una junto al acceso y otra adosada al muro lateral del templo, vinculan los niveles de aulas. Éstas se disponen alrededor de un espacio central —ocupado en los niveles intermedios por el aula magna—y comunicadas por un pasillo perimetral. Ocho lucernarios atraviesan el volumen en forma de patios acristalados asegurando la iluminación del aula magna, mientras una retícula de huecos, abiertos en el muro de ladrillo de tejar, ilumina las aulas.

La fachada del aulario, alineada con el muro de la iglesia, dispone amplios huecos de madera de pino en un paño de ladrillo. Una escalera exenta de tarima industrial y acero comunica en el interior las aulas con la biblioteca. 



Cliente Client

Ayuntamiento de Madrid

Arquitecto Architect

José Ignacio Linazasoro

Colaboradores Collaborators

J. M. García del Monte, A. M. Montiel Jiménez; F. Rodríguez Colorado, H. Sebastián de Erice; Emilio Esteras (dirección de obra site supervision); F. Rodríguez (maqueta model); Ricardo Sánchez (diseño gráfico graphic design)

Contratista Contractor

Aldesa (Escuelas Pías), Ferrovial Agromán (Plaza de Agustín Lara y aparcamiento square and parking)

Fotos Photos

Miguel de Guzmán