Situado en uno de los extremos del área central del campus, al oeste del aulario, el edificio del Rectorado constituye, junto a las obras de urbanización, la tercera fase del Plan Especial para la nueva ordenación del Campus Universitario As La-goas-Marcosende de Vigo, proyectado en 1999 por el estudio Miralles Tagliabue.

Heredero de las reglas de juego que rigen los edificios colindantes, la construcción pliega su planta adaptándose a la cambiante topografía para enfatizar así el aspecto natural del lugar, dando lugar a un patio abierto en su interior. La diferencia de cota entre las distintas plataformas del terreno —que llega a alcanzar los diez metros— determina la situación de unos accesos ligados a los recorridos. 

El programa del proyecto se distribuye en las cuatro plantas de un volumen que se va adaptando a los constantes desniveles de la topografía, y además conecta con el aulario con una pasarela que salva su diferencia de alturas.

Mientras que el acceso al nivel más bajo se produce a través de la sucesión de una grada exterior y del patio abierto, la entrada principal se sitúa dos plantas por encima, atravesando una pasarela que comunica el edificio con el aulario.

El acceso a la cota inferior, con un carácter más privado, comunica con el aparcamiento y un espacio para niños. Sobre esta planta, el siguiente nivel recoge el gabinete de prensa y la asesoría jurídica. La entrada de la segunda planta revela un perfil más abierto, al servir de umbral al nivel que alberga las zonas públicas del programa, como la secretaría, el vestíbulo y un auditorio equipado para presentaciones audiovisuales y que cuenta con una capacidad de más de 200 personas. 

El reparto del programa finaliza en el tercer nivel que reúne los despachos, las salas de reuniones y distintas dependencias del Rector, Vicerrector y demás cargos que compo-nen el personal asociado a esta institución. Esta zonificación estratificada permite un mejor control de los flujos de circulaciones, separando los trayectos públicos y privados, para evitar que interfieran.

Fachada

hormigón visto con textura pétrea; granito gris Mondariz con estructura de perfilería de acero galvanizado y fijaciones de acero inoxidable; cámara de aire; aislamiento de lana de roca; muro de ladrillo hueco; acabado cartón-yeso en oficinas, paneles de roble en el auditorio; carpintería de madera de roble; vidrio doble con cámara de aire

 

Interior

divisiones interiores de ladrillo hueco, enlucido de yeso y pintado; tabiquería de cartón-yeso con aislamiento acústico de lana de roca; carpintería interior de madera de roble; falso techo acústico de junta oculta; suelo técnico de losetas de linóleo con estructura de perfilería de acero galvanizado en las oficinas; pavimento de madera sobre losa de hormigón en el auditorio

El diálogo con el lugar no sólo se inscribe en los movimientos del terreno, sino que continúa en la elección de los materiales. Destaca un notable pro-tagonismo del granito, que utiliza tanto en la formación del graderío y la pavimentación de la plaza que configuran el grueso de la urbanización como en el despiece del mosaico que conforma las fachadas.

 El exterior del edificio presenta una divi-sión horizontal en dos zonas, una de hormigón visto con textura similar al despiece pétreo de la fachada y otra de granito gris Mondariz. La parte realizada con piedra se dispone formando un aplacado sujeto mediante perfilería de acero y con junta abierta. Una referencia más al paisaje reside en la elección de la madera de roble para la ejecución de las car-pinterías, tanto interiores como exteriores.

El paraninfo, un auditorio en rampa cuyo perfil escalonado se refleja en la fachada, se configura con un tabique de paneles de madera plegados en una suerte de papiroflexia y las butacas Vigas, que han sido producidas por la empresa Alis según un diseño del estudio EMBT.