Centro de alto rendimiento en Moncloa, Madrid
Juan José Medina 

Centro de alto rendimiento en Moncloa, Madrid

Juan José Medina 


Al sur del Campus de la Universidad Complutense y en la prolongación con la topografía artificial de sus campos deportivos se inserta este edificio con vocación de roca. Planteado como cierre de la parcela perteneciente al Consejo Superior de Deportes, la gran ocupación en planta que implica el programa obligaba a modificar tanto el viario interior de la parcela como el entorno más inmediato. La fuerte pendiente del terreno se aprovechó para enterrar parcialmente esta pieza y ajustarla a la escala de las construcciones circundantes. Su silenciosa envolvente, abierta puntualmente para introducir la luz, no deja que trascienda al exterior la complejidad funcional de este centro destinado a deportistas de élite.

Tres cuerpos, que se corresponden con otras tantas partes del programa, se yuxtaponen para formar una caja de contornos nítidos que cierra la pastilla de vestuarios. Los usos se combinan intentando aunar las necesidades lumínicas y estructurales. La piscina olímpica y la sala de combate se agrupan en vertical para consolidar el volumen en su esquina sureste, mientras que el extremo opuesto se remata con dos piezas superpuestas para el ejercicio de la gimnasia rítmica. Un prisma que alberga las salas de tenis de mesa y gimnasia rítmica se introduce entre ambas partes y colmata el conjunto.

Una incisión en la cubierta ilumina la escalera desplegada que discurre paralela a los vestuarios y vertebra el denso paralelepípedo. La espina de circulaciones explota las posibilidades escenográficas que ofrece esta grieta, facilitando la orientación del usuario. Si el programa determina la organización en planta, los mecanismos de control de luz caracterizan la sección. Las costillas de hormigón evitan el deslumbramiento de las atletas en la sala de gimnasia rítmica, y unos lucernarios permiten que la luminosidad resbale hasta los muros que encierran la piscina, insistiendo en el ambiente de gruta que apunta el talud visible tras el ventanal.

El mismo orden espacial se impone a los distintos gimnasios mediante una sucesión de vigas pareadas de gran canto. La contención del proyecto se apoya en el material elegido. Al exterior, el hormigón incluye bandas de travertino en el ritmo que imponen sus juntas. Las carpinterías de acero inoxidable y la madera de iroko, dosificada con mesura en los detalles del interior, subrayan la sobriedad expresiva que inspiró las primeras decisiones. Con la misma intención se aplaca de travertino la zona de entrada. Tan sólo el bullicio de los atletas resuena en la arquitectura introvertida de este prisma disciplinado de adscripción geológica...[+]