Casa ‘La Ricarda’, Barcelona
Antonio Bonet Castellana 

Casa ‘La Ricarda’, Barcelona

Antonio Bonet Castellana 


Arquitecto de precoz trayectoria, ya que par­ticipó en el CIAM de Atenas siendo todavía estudiante, Antonio Bonet fue además miembro activo del GATEPAC. Más tarde, mientras trabajaba con Le Corbusier en la Rué de Sévres, cooperó en la realización del pabellón de la República Española para la Exposición de París de 1937, de Sert y Lacasa. Tras unos años de exilio en Argentina, construyó algunas viviendas familiares en Cataluña, entre las que destacan la Castaneda, con claras influencias de Neutra, y la Ricarda, más en línea con los principios corbuserianos. Diseñada un año después de las casas Jaoul del maestro suizo, la Ricarda comparte con las anteriores, en las que Bonet colaboró, el uso de la bóveda catalana como pieza estructural básica y definidora del espacio. Sin embargo, mientras que Le Corbusier monumentaliza este elemento, acentuando su componente tectónica, Bonet lo estiliza y subraya su carácter autónomo.

Situada en medio de un pinar junto a la costa barcelonesa, la Ricarda descansa sobre una plataforma ligeramente elevada sobre el terreno para dominar el mar desde cualquier punto de la casa. La base compositiva está formada por una retícula virtual sobre la cual se distribuyen en damero los módulos de las bóvedas. Por otro lado, un submódulo del anterior rige las medidas de toda la obra, desde el despiece de la piedra caliza blanca de las zonas comunes o del gres oscuro de los dormitorios, hasta las dimensiones de puertas y armarios. Accediendo por el norte de la parcela, se llega a los dos elementos destinados a garaje y zona de servicio. Una simbólica pileta de agua marca el eje de la entrada, prolongándose la mirada al exterior a través de un pequeño patio rodeado por la galería que enlaza las distintas estancias: la pieza aislada de los padres a poniente; las estancias comunes al mediodía; y hacia el norte los dormitorios de los hijos, con un patio lateral. En el frente sur, a la clásica alineación cocina, comedor y estar se anteponen un segmento de módulo, formando un arco atirantado que enmarca el paisaje, y el cuerpo del porche-cenador.

Sustentadas por delgados pilares metálicos, las bóvedas catalanas otorgan al conjunto un aire de levedad y de permeabilidad espacial. Ya en el exterior, la trama virtual continúa a través del pavimento que conduce a la piscina y que coloniza con su presencia la llanura. Esta planicie está salpicada de pinos centenarios, cuyas copas majestuosas establecen un plano vegetal sobreelevado, umbráculo natural que tamiza la fuerte luz mediterránea...[+]