Situada en una ladera de almendros cerca de Granada, en un terreno con importantes desniveles junto a Sierra Nevada, la casa responde a una forma de vivir en íntima relación con la topografía y el paisaje que la rodea. Un minucioso estudio del terreno busca favorecer la relación entre la nueva vivienda y el territorio de modo que se evite el desmonte indiscriminado de la colina y se provoque una mínima deformación en su superficie, similar al efecto que se produce al sentarse sobre una cama o al presionar con la mano un material flexible. La casa puede interpretarse como una pieza incorporada al paisaje que recuerda el planteamiento de algunos artistas del land-art por la relación entre objeto y naturaleza según la idea del site specificity, la obra que es concebida para un lugar y sólo tiene sentido en relación con él. El resultado es una construcción de hormigón despojada de los elementos que habitualmente se encuentran en los espacios domésticos, más parecida a un depósito de agua o a otras infraestructuras de servicio.

En el interior la casa es una secuencia encadenada de espacios de altura y sección variable, donde sus habitantes pueden escoger con libertad los itinerarios en función del camino deseado o de la velocidad del movimiento. Esta idea de tiempo asociada al desplazamiento convierte la escalera en un lugar especialmente significativo en la organización de la casa que conecta las estancias mediante un recorrido perimetral y continuo.

Se construyen dos volúmenes excavados y conectados entre sí mediante un pasadizo enterrado. Se establece un ritual interior que asocia actividades domésticas con lugares y posiciones vinculadas al territorio y a las vistas. La entrada a la casa se realiza desde el pabellón de tierra, un jardín mirador situado sobre el salón que permite trasladar los distintos usos de la vivienda al aire libre en días de climatología favorable. Sobre los dormitorios se sitúa una alberca de agua, con un patio alojado en su interior que además de funcionar como regulador térmico permite prolongar la visión reflejada de la sierra al interior de la casa.

Con la intención de seleccionar lugares vinculados a la luz a los que se asocien actividades domésticas diferentes, se disponen en algunas zonas paneles trasdosados de cartón-yeso separados ligeramente de los muros. El resultado son una serie de espacios conectados entre sí cuyas entradas de luz prolongan la claridad a través de una superficie blanca extendida sobre el hormigón que otorga un tratamiento artístico a la forma de iluminar el interior de las estancias... [+]