Este proyecto residencial de 3.300 metros cuadrados contiene quince viviendas. La actuación parte del análisis de las modificaciones que sufrieron a lo largo del tiempo dos edificios situados en el corazón del casco antiguo de Palma de Mallorca, registrados en los archivos de la ciudad en 1576 con el nombre de Can Santacilia. El objetivo era poner en valor los principales elementos arquitectónicos de las diferentes etapas.

La complejidad de los edificios protegidos, con una fachada del siglo XVII, se aprovecha para generar viviendas con distribuciones y soluciones individualizadas. La singularidad del proyecto está basada en destacar la esencia histórica, combinada con el compromiso de actualizar el conjunto acorde a un estilo de vida contemporáneo. Se recupera el patio de entrada, que se convierte en la entrada principal. A pesar de las restricciones constructivas que implica una reforma en un edificio protegido, el proyecto ha sido diseñado con el fin de aumentar al máximo su eficiencia energética. Los materiales utilizados son naturales, nobles, locales, enfatizando la historia del edificio y la esencia mediterránea.