Nuno Grande

En Portugal, los periodos de mayor coherencia en el desarrollo de las ciudades han coincidido casi siempre con los momentos de mayor determinismo político, ya fuera por la necesidad de reconstrucción tras una catástrofe, ya fuera como afirmación despótica del Estado y de sus gobernantes.

La Lisboa del Marqués de Pombal, reconstruida tras el terremoto de 1755, reunía ambas condiciones, por lo que se convirtió en una excelente oportunidad para racionalizar los métodos de hacer ciudad con rapidez y generosidad; métodos que se prolongarían hasta bien entrado el siglo siguiente. La traza de la ciudad nueva se hizo en base a sistemas métricos y económicos que permitieron la estandarización de los procedimientos y la prefabricación de los elementos compositivos y constructivos de los edificios. Tal pragmatismo permitió que la Lisboa ilustrada y decimonónica creciese de forma diversa y seductora. Por desgracia, esa equilibrada relación entre racionalidad y diversidad apenas se da ya en nuestros días... [+]