Ubicado en la confluencia de dos calles principales del ensanche de Lisboa, este bloque residencial hace de su posición prominente en el tejido urbano un elemento fundamental de su diseño. La idea esencial del proyecto se basa en la creación de una ‘fachada cambiante’: una piel de paneles móviles de mármol de Carrara capaz de transformar por completo la apariencia del bloque. Esta capacidad para metamorfosearse convierten a la propuesta en una suerte de escultura urbana que cambia de apariencia en función de los momentos del día; así, durante la noche, la luz irradia desde el interior de las viviendas, mientras que durante las horas diurnas, la fachada aparece perforada por multitud de pequeños huecos verticales. Los paneles pivotantes que cubren estos huecos permiten un control efectivo de la luz natural.

Interiormente, el edificio cuenta con viviendas de diferentes dimensiones y número de habitaciones, aumentando la diversidad de los posibles usuarios. Todos los apartamentos comparten, sin embargo, el protagonismo de la sala de estar, ubicada en el centro de cada planta. En los apartamentos de mayores dimensiones, unas delicadas celosías de listones horizontales de madera separan estos espacios del resto de estancias.