El proyecto para la nueva biblioteca pública de Villanueva de la Cañada responde a la necesidad de complementar los servicios que se están desarrollando en el centro cultural vecino, obra de Juan Navarro Baldeweg. Además, la biblioteca se ha entendido como nudo de comunicación, investigación, encuentro y conocimiento. Este tipo de edificios son cada vez menos autónomos en cuanto a su funcionamiento, y dependen de estímulos y conexiones externas que los dotan y relacionan con el mundo y el conocimiento. Las comunicaciones por Internet, la consultas de bases de datos y en general las nuevas tecnologías de la comunicación obligan a las bibliotecas a adaptarse a estos requerimientos y a encontrar una expresión formal propia.

Desde el punto de vista arquitectónico, todo este nudo de encuentros, con exigencias muy diversas, se ha resuelto espacialmente enlazando los usos mediante una espiral ascendente de libros a través de un sistema de rampas, que al enroscarse, va distribuyendo y atendiendo a su paso los espacios que se despliegan a su alrededor. A medida que asciende, las partes del programa asociadas a los distintos niveles se corresponden con tareas más específicas, más complejas, más dependientes de la comunicación exterior, por lo que el camino desde la biblioteca de los niños hasta las salas de estudio e Internet encuentra una expresión representativa del aprendizaje y el conocimiento, objetivo último de una biblioteca pública. Los espacios y usos diferenciados se han resuelto constructivamente de modo austero y uniforme, buscando definir estancias acogedoras sin más intervención que la de los materiales naturales y la luz natural, valorada de forma distinta en cada espacio.

La estructura de cerámica armada que caracteriza el proyecto es un homenaje al ingeniero uruguayo Eladio Dieste, quien reinventó esta minuciosa técnica de raíz tradicional, basada en el trinomio mortero-ladrillo-acero y donde el material, la forma y el proceso constructivo constituyen una unidad coherente...[+]