Serranillos del Valle pertenece a la comarca de la Sagra, que comparten Madrid y Toledo. La invasión de residencias de fin de semana no ha logrado desvirtuar el carácter rural de la localidad, cuyo casco urbano conserva aún algunos ejemplos notables de casas de labranza. La antigua casa consistorial era un edificio torpe y de aspecto falsamente regional que se encontraba en mal estado; tras su demolición, el nuevo ayuntamiento ocupa su mismo lugar en la plaza de España, un espacio destartalado de traza irregular que es más un cruce de calles delimitado por construcciones dispares.

Estas condiciones y las dimensiones del edificio, que ocupa una superficie inferior a 150 metros cuadrados, determinaron la renuncia a ordenar el entorno con la nueva construcción; el proyecto se ha concentrado en crear una sede acogedora y transparente, con una configuración en cierto modo inversa a la tradicional del ayuntamiento como sede del poder institucional, aunque sin desposeerlo de las cargas simbólicas ineludibles: las banderas con las que los vecinos se identifican, o el balcón desde donde el alcalde preside las celebraciones. Un pequeño patio acristalado en la fachada principal, al que se vuelcan todas las estancias, establece un vínculo entre las dependencias municipales y la plaza, contribuyendo al carácter abierto del edificio.

Por lo demás, la nueva casa consistorial es un cajón de gruesos muros de fábrica, acabados al exterior con mortero de cemento blanco y un zócalo de piedra de calatorao. Las fachadas acristaladas del patio se construyen con una sencilla estructura de acero que se reviste con chapas pintadas de gris oscuro. Las carpinterías también son de acero y quedan enrrasadas con la superficie tensa de la fachada. En el interior, los revestimientos, la tabiquería y el mobiliario son del mismo tablero contrachapado de madera de eyong tintado. Las divisiones interiores no llegan nunca al techo, resaltando la presencia de las losas de hormigón armado que quedan vistas en ambas plantas. La misma piedra del zócalo se ha empleado para pavimentar la planta baja y el patio, mientras que para la primera planta se ha elegido tarima de madera de elondo.

En su organización funcional, el ayuntamiento asume la sencillez de la vida del pueblo, que se filtra desde el exterior a través del patio hasta el salón de plenos, que puede abrirse completamente para celebrar asambleas multitudinarias. Al fondo del solar se colocan las piezas secundarias: almacenes, aseos, ascensor y la escalera abierta al espacio de doble altura que aporta al edificio escala pública, a pesar de su reducido tamaño...[+]