El nuevo edificio de oficinas de la Diputación provincial de Zamora se enfrenta al reto de encajar en uno de los entornos más delicados de Zamora, la Plaza de Viriato. Esta nueva dotación tenía la misión de rematar la plaza, configurando la cuarta fachada de un conjunto formado por construcciones tan señeras como el Hospital de la Encarnación, el Teatro Ramos Carrión y el Palacio de los Condes de Alba y Aliste.

Todo el programa de la diputación está articulado en torno a un patio que permite duplicar el número de estancias con orientación norte-sur, reducir los espacios ciegos e introducir la actividad de la plaza en el interior del edificio mediante las vistas cruzadas que lo atraviesan. Su tamaño aumenta con la altura para permitir la entrada de luz y el soleamiento de las salas que vuelcan a él. 

Por otro lado, al mejorar la iluminación de los espacios interiores, el patio permite la creación de una fachada a la plaza más cerrada y en consonancia con su entorno pétreo. Las fachadas de piedra arenisca envuelven un pequeño recinto vegetal con setos y enredaderas perennes y presidido por un álamo blanco cuya esbelta figura alcanzará la entera altura del edificio. Su presencia será un recordatorio constante del paso de las estaciones. Sin embargo, el edificio no se encierra en el patio interior, sino que adopta una actitud extrovertida mediante la creación de un hueco profundo en fachada, que permite la visión y el contacto con la plaza de Viriato. Se puede acceder a él desde las oficinas de la planta primera y ofrece la posibilidad de su uso como balcón representativo.

El edificio se inserta en la Plaza de Viriato como el elemento que la cierra. La utilización de un aplacado de piedra arenisca en las fachadas y la composición de sus huecos persiguen una buena integración en su entorno histórico.  

Tanto el revestimiento exterior de la fachada como el del patio se resuelven con piedra arenisca de Zamora de la misma procedencia que la de los edificios históricos contiguos. Esta piedra se utiliza para crear una fachada trasventilada que, lejos de ocultar su sistema constructivo, muestra su carácter contemporáneo con la aparición de los rastreles de acero que la sustentan. Una zona de la fachada en planta baja está resuelta con un zócalo de piezas de mayor espesor cuyo acabado basto y rugoso entona bien con los muros de los edificios vecinos y con el pavimento de la plaza.

El patio actúa como corazón del edificio, articulando las distintas estancias e introduciendo luz en ellas. El tratamiento vegetal, aunque escueto, ofrece un contrapunto de verdor a la ubicuidad de  la piedra arenisca.

En el perímetro interior de fachada se colocan unos archivos para que los funcionarios puedan almacenar los útiles de trabajo diario. En ellos, las ventanas destacarán como profundas saeteras que miran al exterior.

En cuanto a los huecos en fachada, el edificio cuenta con dos tipos. Los primeros tienen una composición vertical y se utilizan en las fachadas a la plaza y a las calles colindantes. Por otro lado, las grandes superficies acristaladas del patio interior consiguen una correcta iluminación de los espacios de trabajo y evitan, por su posición resguardada, provocar un contraste chocante con los edificios históricos de la plaza.


Cliente Client

Diputación de Zamora

Arquitectos Architects

Pilar Peña Tarancón, María Antonia Fernández Nieto; Gonzalo Bárcenas Medina (concurso competition)

Colaboradores Collaborators

Jesús García Herrero; Rafael Valín Alcocer, Jesús Hernández Alonso (aparejadores quantity surveyors); Francisco Martín Gil (delineante draftsman)

Consultores Consultants

José María García del Monte (estructuras), proyectos MYC, Jorge Gallego Sánchez-Torija (instalaciones)

Contratista Contractor

CYM-Yañez, Rearasa

Fotos Photos

Joaquín Mosquera, Miguel de Guzmán