El edificio residencial de la calle Palamós está integrado en un entramado urbano del barrio barcelonés de La Trinitat Nova, caracterizado por bloques aislados. Volumétricamente, la construcción plantea una serie de retranqueos que rompen la gran escala del conjunto y aportan complejidad en la calle.

La edificación se proyecta mediante la agregación de una tipología en cruz de dos viviendas sociales por rellano, con dos o tres dormitorios y totalmente pasantes, permitiendo una relación con el exterior ininterrumpida. Las piezas están organizadas sin jerarquía a través de una malla adaptable y flexible para facilitar cambios de uso.

Los pilares se disponen perimetralmente solucionando toda la geometría sin voladizos. En el interior, la escalera y el patio de ventilación son muros estructurales que estabilizan el edificio. La fachada es una sencilla fábrica cerámica insertada dentro del plan de la estructura. El proyecto se centra en las medidas de ahorro energético pasivas para favorecer la máxima autonomía energética de las viviendas.