La silueta de la ciudad en su encuentro con el Sena se ha redibujado dentro de los límites de una manzana del cuarto distrito gracias a un proyecto que, centrado en la rehabilitación del antiguo acuartelamiento militar de Schomberg, propone una organización de volúmenes sensible a la presencia del río, de los espacios arbolados y del patrimonio arquitectónico. El proyecto que ganó el concurso en 1989 situaba en la parcela 128 viviendas para la Guardia Republicana, un equipamiento deportivo y oficinas para la administración municipal. Posteriormente, el ayuntamiento modificó este último requerimiento y encargó la construcción de otras 67 viviendas dentro de los tres pabellones del cuartel —un cuarto en estado de ruina se demolió— que se hallaban en la manzana.

La apertura de una vía que atraviesa el ámbito de intervención y comunica el Boulevard Morland con el río define la propuesta, al establecer la cuarta fachada de la actuación y permitir un acceso peatonal de carácter semipúblico que los visitantes ocasionales comparten con los vecinos. Sobre esta calle se dispone el anillo exterior de edificios de nueva planta, fragmentado en cinco piezas unidas por pasarelas peatonales que dan continuidad al conjunto. La división de este anillo en unidades menores, que permite que la luz y el aire se filtren para crear una pequeña ciudad jardín, posibilita en el interior de los bloques viviendas completamente exteriores en sus siete alturas. El aplacado de piedra que reviste los volúmenes y las finas cubiertas metálicas que los rematan establecen un punto de encuentro entre la arquitectura residencial de escala local y el paseo fluvial de carácter público. En el corazón del conjunto, formando un segundo anillo y a resguardo del viento que el río provoca, se posicionan los tres antiguos pabellones. Construidos en la última década del siglo xix con estructura de hierro y fábrica de ladrillo rojo, conservan su impronta de arquitectura seriada a través del nuevo programa residencial, que sitúa 50 viviendas en dos de los bloques (aumentados dos alturas por encima del volumen inicial) y 17 en el bloque central, que mantiene su dimensión. La organización con dos núcleos verticales y los cuartos de servicio en una crujía intema posibilita la utilización de los huecos existentes para iluminar las estancias principales.

Una red interior de paseos peatonales enlaza los nuevos edificios con los viejos, atraviesa los primeros en la planta de acceso y acompaña a los segundos alrededor del jardín. Los vecinos de la manzana afrontan cada día la escala de la gran ciudad desde un barrio antiguo, renovado y familiar...[+]