Bordeando un parque en el norte de París se levanta este edificio, un bloque de una altura de nueve plantas invadido por la vegetación. Forma parte de la ZAC de la Porte d’Asnières —una zona de planeamiento concertado—, cuya coordinación ha llevado a cabo Christian de Portzamparc.
Para materializar la concepción del edificio como jardín vertical, como un volumen colonizado por la naturaleza, se han empleado más de 380 grandes macetas, que se suspenden del perímetro de los forjados, funcionando como antepechos. El edificio está completamente rodeado por ellas, aunque en la fachada noreste, la opuesta al parque, la galería se reduce hasta desaparecer. Exceptuando treinta macetas, que se destinan a la plantación particular de los ocupantes de cada una de las treinta viviendas, el resto de ellas acogen dos plantas de bambú. Con una muy gran capacidad de adaptación, esta gramínea configura en este caso una cortina vegetal que separa el edificio de su entorno. Integrado en el diseño de la barandilla, el sistema de riego proporciona de forma continua la cantidad precisa y necesaria de agua y fertilizante, aprovechando incluso parte del agua de lluvia que se recoge en las terrazas. Con este sistema se evita la necesidad de un mantenimiento específico, que haría mucho más costosa la solución adoptada.
El volumen del edificio se presenta como un monolito rodeado de vegetación, con las losas de los forjados en voladizo para recibir las macetas en su perímetro y con sus fachadas facetadas perfectamente verticales. Se ha utilizado un hormigón de alta resistencia para los muros y los forjados, empleándose en él aditivos para conseguir dos tonos: uno blanco y otro gris oscuro. Su vertido se produjo por orden de llegada de los camiones a la obra, y así un cierto azar recorre las superficies del bloque: en ellas aparecen efectos de veladuras, evocadoras en su apariencia de los rastros dejados por las acuarelas. Por otro lado, los postes de la barandilla perimetral y las grandes macetas son elementos prefabricados, también en hormigón, que contribuyen en el efecto cromático del conjunto.
En el interior de las viviendas, todos los dormitorios y las estancias dan a la fachada. La luz y las vistas se filtran a través de la cortina verde antes de penetrar en las habitaciones, produciendo la sensación en los ocupantes de tener su propio jardín. La entrada es también un elemento importante del proyecto. El ascensor se sitúa en fachada; de esta manera, el acceso al edificio se produce desde el jardín, convertido así en un vestíbulo al aire libre que se ordena con criterios paisajistas... [+]
Cliente Client
OPAC de París
Arquitectos Architects
Edouard François
Colaboradores Collaborators
Marika Lemper, José Reis de Matos
Consultores Consultants
Beaulieu, Verdier (ingeniería engineering); Ductal, Lafarge (hormigón beton)
Contratista Contractor
Léon Grosse
Fotos Photos
Paul Raftery/VIEW