En el corazón del sexto distrito de París, en el número 12 de la rue Jean-Bart, emerge este bloque con ocho viviendas que alberga además una guardería. Con su volumetría y disposición, el proyecto completa el frente construido de una típica manzana parisina. La apertura de vanos verticales y el uso de la piedra caliza permiten vincularlo formal y materialmente a este contexto. Las suaves curvas de la fachada, cuya percepción se acentúa en las plantas superiores, confieren al edificio una identidad marcada. La planta busca también este equilibrio y queda estructurada por una secuencia de espacios: la escalera, el rellano, el recibidor y la habitación que concatenan generando un vacío que permite el acceso de luz natural y disfrutar de las vistas. Concebida con un modelo por control numérico para optimizar los cortes y ahorrar material, la fachada reinterpreta las molduras parisinas a través de la piedra caliza y las carpinterías blancas. Los elementos pétreos son autoportantes y proceden de una cantera próxima.