Mansilla y Tuñón, Museo de Colecciones Reales

Magna contención

Pedro Moleón 
30/04/2010


Para conocer la importancia del lugar donde se sitúa el Museo de Colecciones Reales es necesario hacer una breve reseña histórica del paisaje y el contexto urbano y monumental en el que se encuentra. Empezando por la presencia más importante, el Palacio Real de Madrid, la obra se realizó sobre el solar resultante del derribo del Alcázar de los Austrias, que había sido devastado por un incendio casual que comenzó la Nochebuena de 1734, y se hizo según el proyecto y la dirección del arquitecto turinés Giovanni Battista Sacchetti, o Juan Bautista Saqueti, como él firmaba aquí, que en septiembre de 1736 se presentaba ante Felipe V para iniciar inmediatamente sus trabajos. Saqueti dio a partir de entonces varios proyectos sucesivos con los que pretendía crear un conjunto urbano compuesto por un edificio principal, el ya mencionado Palacio nuevo, y otros edificios exentos que, configurando jardines, plazas y calles, alojaban ministerios, parroquia ministerial, cuarteles, caballerizas, armería, cocheras, casas de oficios, botica, archivo, biblioteca, coliseo e incluso una gran catedral metropolitana y un viaducto sobre la calle de Segovia. En realidad, un fragmento áulico de ciudad dedicada a representar y favorecer el ejercicio del poder real. De todo lo anterior, sólo el Palacio nuevo se vio realizado entre 1737 y el cese de Saqueti al frente de las obras por orden de Carlos III en 1760. El gran edificio creado por el turinés sobre el terreno del perdido alcázar quedaba entonces construido en su totalidad de piedra y ladrillo, abovedado en todas las plantas para garantizar su incombustibilidad y asentado sobre un enorme bancal que deja tanta superficie construida sobre la rasante de la Plaza de Armas y la Plaza de Oriente, en sus lados sur y este, como bajo ella, en sus lados oeste y norte. Saqueti llegó también a construir un espectacular sistema de rampas cubiertas de bajada a los jardines del Parque de Palacio, lo que hoy conocemos como el Campo del Moro, desde cotas poco inferiores a la explanada de la Plaza de Armas y con final de recorrido, ya al nivel del Parque, en las espléndidas salas abovedadas de la Gruta Chica...


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