Lo común en lo global
De la arquitectura al espacio público
El tema de este artículo, lo común, podría haberse expresado también de acuerdo al título de la última Bienal de Venecia, ‘Common Ground’, es decir, el terreno común o compartido. También podría haberse interpretado en el sentido de ‘espacio público’ o de la ‘infraestructura’. Al final, se trata de lo mismo: un concepto de vital importancia, algo que me ha fascinado desde que era un universitario y que lo sigue haciendo aún hoy.
El espacio público puede adoptar muchas formas diferentes: puede transformarse gracias a la celebración o por las peregrinaciones religiosas; puede ser un humilde mercado, un lugar de reunión; puede ser el centro de una pequeña comunidad; puede ser incluso un parque de atracciones; puede ser una encrucijada urbana en Shanghái, una esquina de la calle donde la gente choca entre sí e intercambia cosas; puede ser también algo más formal, como un pasaje londinense, Burlington Arcade pongamos por caso; puede ser un espacio a gran escala concebido en sentido cívico, como la plaza de San Marcos de Venecia; puede ser un parque, un espacio verde; puede ser un cruce en una ciudad asiática; puede ser un punto de encuentro en una favela de Sudamérica; puede ser el lugar para el cambio político de la Primavera Árabe —¿quién había oído hablar de la plaza Tahrir hace sólo unos meses?—; también puede ser un parque neoyorquino que a la vez es un espacio de protesta política; puede ser una extensión viva de la esfera pública, no sólo un espacio estático. Si pensamos en lo que realmente abarca un espacio público o una infraestructura, nos daremos cuenta de que tiene mucho que ver con el movimiento, con los cruces...