El enorme zepelín plateado que sobrevolaba Chicago era una visión verdaderamente formidable que hacía que los habitantes de esa ciudad barrida por el viento hiciesen un alto en su camino y que el tráfico se detuviese. Con una longitud de 236 metros y un diámetro de 30, ese dirigible era el equivalente a una típica manzana urbana norteamericana que desafiaba la fuerza de la gravedad. La fecha era el 26 de octubre de 1933 y durante dos horas, entre las 11 de la mañana y la 1 de la tarde, el zepelín estuvo volando bajo y trazando círculos sobre Chicago y el lago Michigan. Según la costumbre alemana de esa época, volaba a una altitud de crucero de 200 metros sobre el suelo, y descendía aún más durante las tormentas. Los cinco motores Maybach (de 12 cilindros y 7,0 litros de cubicaje) —cada uno de los cuales podía alcanzar una potencia de 550 caballos de vapor— permitían volar normalmente a 113 km/h, lo que proporcionaba una autonomía de casi 10.000 km. Pero en esta ocasión, se había disminuido su velocidad para hacer lucir al máximo la asombrosa forma aerodinámica del LZ-127, conocido también como Graf Zeppelin...[+]