En sus dibujos Le Corbusier se revela casi como un foco que capta, interpreta y transmite unas imágenes indefectiblemente pertenecientes a una dimensión o esencial o poética. En toda su producción se detecta una mirada mediadora que traduce y reestructura la realidad. Fernández-Galiano desglosa sus distintas miradas desvelando un trasvase de ciertos recursos del montaje cinematográfico hacia la representación gráfica. El resultado sería una estructura narrativa que organiza de manera peculiar las percepciones corbuserianas.
Le Corbusier piensa con los ojos. Construye su arquitectura con imágenes, y éstas se encadenan con una sintaxis narrativa. Cuando mira, percibe geometrías o fragosidades, pero ambas al servicio del relato arquitectónico.
El ojo media entre el orden construido y el sabio desorden de la naturaleza; el ojo narrador conduce al arquitecto del suelo al cielo, y del cubo a la nube, facilitando el tránsito entre la geometría y el paisaje...[+]