Destrucción creativa
La generación de la crisis, una visión global
Con o sin optimismo, el panorama al que tiene que enfrentarse el arquitecto español sigue siendo desolador. Larga y profunda, económica y a la vez ideológica, tal vez sistémica, la crisis, por repentina y devastadora, ha adoptado tintes casi bíblicos, y no ha habido ningún Noé que haya salido indemne del diluvio. Casi una década después de que se abriesen los cielos y comenzase la inundación, una de las cuestiones todavía abiertas (en realidad, todo sigue abierto en esta extraña crisis) es saber si tanta destrucción ha traído aparejado algún beneficio. Joseph Schumpeter popularizó la idea de que el capitalismo se autorregula a través de la ‘destrucción creativa’ —la sustitución de los viejos productos por otros nuevos—, y lo ocurrido en los últimos años corrobora en parte el modelo. Pero hay una diferencia de calado: no ha sido el empuje de lo nuevo el que ha provocado cambios en el sistema, sino que, por el contrario, ha sido el hundimiento del sistema el que ha abierto paso a estrategias inéditas para enfrentarse a la realidad, estrategias que son de supervivencia. De ahí que, más que interpretarla como fruto de un reajuste económico, la crisis de la arquitectura española pueda leerse como un cataclismo ecológico, y que, puestos a hacer analogías, resulte más apropiado utilizar otras referencias, como por ejemplo la de Lamarck, el viejo evolucionista que postulaba que son los cambios en el ambiente, y no el azar genético, los que modifican los órganos. Ahora bien, si el ambiente crea el órgano, ¿qué órganos han refinado los arquitectos españoles durante la crisis de su hábitat?...
[+]