Cincuenta revistas

El pulso de los tiempos

Luis Fernández-Galiano 
31/12/2017


Las publicaciones periódicas aspiran a recoger el flujo de los acontecimientos, y este empeño imposible apenas alcanza a registrar el pulso de los tiempos. Incapaces como Heráclito de detener el curso de la vida, y obligadas como Sísifo a levantar el peso de la actualidad con cada aparición, para comenzar de nuevo a subir la roca a la cumbre de la montaña cada día, cada mes o cada año, las publicaciones que tienen cita con el suscriptor, el quiosco o la librería —sin mencionar aquellas digitales donde las noticias o informaciones se vierten en un torrente continuo— querrían saberse perdurables, y sin embargo su propia condición las hace efímeras y fungibles. La cabecera que ostentan es lo único que permanece, en ocasiones durante décadas, pero en otras agostada tras publicar unos pocos números. Pero, pese a su naturaleza perecedera, las publicaciones conforman la opinión, contribuyen a difundir ideas o lenguajes, y son también registro o crónica del transcurso del tiempo, acumulando sus páginas como estratos geológicos donde hallar y datar arquitecturas fósiles.

Siendo nuestra revista parte de este paisaje editorial, y habiendo su director escrito en la prensa durante años, es difícil sustraerse a la subjetividad de las preferencias, y todavía más acotar la relación a la cifra de cincuenta. Con eso y todo, y agudamente conscientes de los olvidos y distorsiones de la lista, se ha ensayado aquí una aproximación que, como puede verse, sitúa casi la mitad de las cabeceras en la línea de salida, porque ya existían en la fecha de inicio del relato, y salpica el cronograma con apariciones o etapas posteriores que merecen destacarse. El resultado es insatisfactorio; haría falta un esfuerzo de documentación más minucioso, porque la mera presentación impresionista de cabeceras deja fuera elementos de análisis esenciales; pero la nueva generación de historiadores, que se ha ocupado detenidamente de los medios de comunicación de la modernidad durante los dos primeros tercios del siglo XX, está ya comenzando a establecer el relato provisional del pasado más reciente.

En el zoo de las revistas conviven animales de muy diverso tamaño. Desde las grandes revistas profesionales, pertenecientes a grupos editoriales y financiadas con abundante publicidad, hasta los precarios journals académicos pueden hallarse proyectos extraordinariamente variados, y no sólo en la dimensión sino en el propósito. Es tradicional diferenciar entre revistas de registro —que aspiran a dar cuenta notarial de cuanto acontece en el planeta de la arquitectura— y revistas de tendencia —enfocadas a promover unas ideas, unos autores o unos postulados estéticos—, pero también es importante separar las publicaciones de gran formato generosamente ilustradas y cuidadosamente puestas en página, y las revistas de tamaño similar al de los libros donde el texto manda sobre las escasas figuras y donde el compromiso ideológico es más patente, vinculadas con frecuencia a universidades o instituciones. Por lo demás, las distintas áreas geográficas o lingüísticas tienen tradiciones a menudo asentadas, lo que facilita o limita la difusión de las revistas, y por tanto su participación en el debate global.

Dentro del históricamente muy activo ámbito italiano, pero con significativa proyección internacional, las veteranas Domus y Casabella, fundadas ambas en 1928, mantienen una merecida centralidad, acompañadas de Abitare, creada en 1961, la más teórica Lotus y la digital designboom, que es un genuino medio global. Domus, fundada por Gio Ponti, ha tenido entre sus directores a Alessandro Mendini, Vittorio Magnago Lampugnani o Deyan Sudjic; Casabella, por su parte, que en su primera etapa fue dirigida por Giuseppe Pagano y Edoardo Persico, tuvo una etapa dorada con Ernesto Nathan Rogers, y en las últimas décadas ha mantenido la solvencia bajo Vittorio Gregotti y Francesco Dal Co.

Portada Casabella, 1996
Páginas interiores de Casabella, 1972
La portada de Casabella en 1996 contrasta con dos de sus páginas en 1972

En Francia la mítica L’Architecture d’Aujourd’hui (fundada por André Block con el apoyo de Le Corbusier y dirigida entre 1987 y 1994 por François Chaslin) ha sido internacional desde su nacimiento en 1930, y sigue publicándose tras un paréntesis de varios años, en un panorama que cubre con una orientación más nacional y desde 1967 AMC, del grupo Le Moniteur, y donde el aguijón inconformista puede encontrarse en la pequeña publicación Criticat, que anima Françoise Fromonot.


La francesa L’Architecture d’Aujourd’hui, aquí con una portada de 1987, la italiana Domus y la británica Architectural Review, son tres de las más influyentes revistas internacionales. 

Más larga es la nómina en España, donde la decadencia de las en su día importantes revistas colegiales (Arquitectura, Quaderns, CAU), se ha producido en paralelo al auge de iniciativas ajenas a las instituciones, como El Croquis, fundada en 1982, o las tres del grupo AV/Arquitectura Viva, creado en 1985, que han tomado el relevo de las influyentes Nueva Forma, desaparecida en 1975, o ArquitecturasBis, que se publicó hasta 1985. Bilingües e internacionales, las revistas españolas siguen estando muy presentes en el área latinoamericana, que posee también órganos propios como Arquine en México, Escala en Colombia, Summa en Argentina, Projeto en Brasil o ARQ en Chile, donde también se ubica la más difundida publicación digital, Plataforma Arquitectura.

En el resto de Europa deben destacarse las muy competentes revistas alemanas, desde la semanal Bauwelt hasta Baumeister, Detail o la db-Deutsche Bauzeitung (fundada nada menos que en 1867), e incluyendo las más conceptuales Daidalos y Arch+; las refinadas publicaciones periódicas suizas, encabezadas por Werk Bauen +Wohnen y Archithese; las experimentales revistas holandesas Archis, Hunch o Volume; la balcánica Oris; y el siempre estimulante panorama británico, desde el grupo de Architectural Review/AJ, fundado en 1896 —que ha tenido entre sus redactores a Nikolaus Pevsner, Colin Rowe, Kenneth Frampton o Peter Buchanan, y que ha sido dirigida ente 1980 y 2005 por Peter Davey— hasta Architectural Design —que fundada en 1930 fue brillantemente dirigida por Monica Pidgeon entre 1946 y 1975, convirtiéndose después a la postmodernidad con Andreas Papadakis y Charles Jencks—, pasando por las más próximas al diseño Blueprint y Wallpaper, así como la burbujeante digital Dezeen.

Al otro lado del Atlántico, pero dentro del ámbito anglosajón, Estados Unidos tiene dos grandes revistas comerciales, Architectural Record, fundada en 1891, y Architecture (renombrada Architect en 2006, y en la cual se integró Progressive Architecture en 1995) y una pléyade de publicaciones críticas o institucionales que han tenido influencia intelectual en diferentes periodos: Oppositions, Assemblage, Design Book Review, Perspecta, Harvard Design Magazine o Log. Y para completar este taquigráfico panorama, las japonesas GA, Japan Architect y a+u comparten la excelencia fotográfica y de impresión, aunque sólo la última tiene hoy un impacto internacional significativo, mientras la coreana C3 muestra un gran agilidad recogiendo la actualidad del mundo.

Aunque por razones obvias no se ha incluido en las páginas gráficas, compuestas sólo con portadas, la crítica de arquitectura en prensa merece algunos comentarios finales. En este terreno es fácil establecer algunas referencias, pero otras se escurren como agua entre los dedos. Bruno Zevi escribió durante casi medio siglo, hasta su muerte en 2000, en el semanario L’Expresso, pero también dirigió durante ese periodo la revista mensual fundada por él, L’architettura – cronache e historia, y hay pocos casos de continuidad semejante. En el ámbito italiano, Fulvio Irace escribe desde 1985 en Il Sole 24 Ore, pero sospecho que el país tiene tan influyentes revistas que el debate cultural de la arquitectura tiene más bien lugar en éstas. En Alemania, Manfred Sack escribió también durante 45 años (entre 1959 y 2004) en el semanario Die Zeit, aunque la difusión de los medios germanos es probablemente local. En Francia, tanto François Chaslin como actualmente Frédéric Edelmann han cubierto la actualidad arquitectónica en Le Monde, y el primero ha tenido también la experiencia singular de dirigir durante trece años un programa radiofónico semanal.

El mundo anglosajón, quizá por la difusión universal de su lengua, resulta más asequible, y quizá en él es más fácil orientarse. The Guardian tuvo durante cinco años a Jonathan Glancey, y ahora leemos con gusto los artículos del joven Oliver Wainwright, pero el panorama británico está tan bien provisto de talento que muchos autores acaban convirtiéndose en globales, colaborando con multitud de medios. En Estados Unidos, The New York Times tuvo sucesivamente a críticos tan eminentes como Ada Louis Huxtable, Paul Goldberger o Herbert Muschamp —que prolongarían sus carreras en The Wall Street Journal, The New Yorker o Vanity Fair—, pero también merece mención la década del abrasivo Michael Sorkin en The Village Voice o los textos que desde hace treinta años publica Martin Filler en The New York Review of Books, que combinan la erudición y la independencia de juicio con una admirable prosa.

El Guggenheim Bilbao, ilustrado con portadas y páginas del NYT y El País, y el 11-S, que se muestra en The Guardian, The New Yorker y Arquitectura Viva, tuvieron una dimensión arquitectónica al tiempo que ciudadana y política. 

En España, yo mismo estuve a cargo durante catorce años, con el apoyo inteligente y perceptivo del periodista Vicente Verdú, de una página semanal en el diario El País, que en su edición catalana publicó también regularmente artículos de Oriol Bohigas o Josep Maria Montaner. Igualmente en Cataluña, el periodista Llàtzer Moix lleva dos décadas cubriendo la actualidad de la arquitectura en La Vanguardia, y otros periódicos y revistas generales españoles se ocupan habitualmente del asunto, aunque cada vez más deslizando el énfasis hacia el estilismo y la decoración, o bien a las polémicas urbanísticas o patrimoniales de una u otra ciudad, de suerte que la crítica de las páginas culturales acaba desplazándose a los suplementos inmobiliarios, al ámbito del interiorismo o a las secciones de local. Por más que el flujo de los acontecimientos nos arrastre, algunas huellas quedan en los diarios, y otras quizá más permanentes en las revistas donde fingimos detener el tiempo. 

1967-2017

Cincuenta revistas

Deutsche Bauzeitung (1867-)

The Architects’ Journal (1896-)

Architectural Record (1896-)

The Architectural Review (1896-)

Bauwelt (1910-)

Werk Bauen + Wohnen (1914-)

Arquitectura (1918-)

Domus (1928-)

Casabella (1928-)

L’Architecture d’Aujourd’hui (1930-)

Archis (1942-)

Quaderns (1944-)

Architectural Design (1946-)

JA (1956-)

Detail (1961-)

Lotus (1963-)

Nueva Forma (1966-75)

Arch+ (1967-)

AMC (1967-)

CAU (1970-82)

GA (1970-)

Archithese (1971-)

A+U (1971-)

Oppositions (1973-84)

ArquitecturasBis (1974-85)

ARQ (1980-)

Daidalos (1981-)

El Croquis (1982-)

Design Book Review (1983-2000)

Blueprint (1983-)

C3 (1984-)

AV (1985-)

Assemblage (1986-2000)

Arquitectura Viva (1988-)

a+t (1992-)

Summa+ (1993-)

Hunch (1995-)

Tectónica (1996-2013)

Wallpaper (1996-)

2G (1997-)

Arquine (1997-)

Harvard Design Magazine (1997-)

Oris (1998-)

Designboom (1999-)

Log (2003-)

AV Proyectos (2004-)

Volume (2005-)

Dezeen (2005-)

Plataforma Arquitectura (2006-)

Criticat (2008-) 


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