Exposición 

Cincuenta exposiciones

El escenario del relato

Luis Fernández-Galiano 
31/12/2017


El relato de la arquitectura puede escribirse en libros, pero también representarse en escenarios. No otra cosa son las exposiciones que presentan obras, trayectorias o episodios con voluntad propagandística o pedagógica, y apoyadas con frecuencia en un caudaloso esfuerzo de investigación que cristaliza en el montaje y se preserva con el catálogo. La última gran historia de la arquitectura moderna, escrita por Jean-Louis Cohen con un oído atento a las pulsaciones del tiempo en que vivimos, otorga considerable espacio y numerosas ilustraciones a las exposiciones, a menudo tan importantes como los libros o los edificios para abrir caminos o marcar pautas de inflexión. Si hoy la curaduría tiene tal protagonismo cultural es porque estas arquitecturas efímeras de la comunicación proponen relatos que pueden llegar a devenir canónicos, fijando para una generación o para una época la narración verosímil del período, la jerarquización aceptada de protagonistas y obras, y la secuencia consensuada de los acontecimientos.

Aunque aquí se ha procurado alcanzar un cierto reparto geográfico, y las cincuenta exposiciones seleccionadas se reparten entre una veintena de instituciones y ciudades, lo cierto es que dos de ellas —el MoMA neoyorquino y el Pompidou de París— tienen un protagonismo inevitable, seguidas a distancia por el CCA de Montreal y la Bienal veneciana, aunque en este último caso lo caudaloso de la muestra y su formidable impacto compensa sin duda el que hayan sido sólo cuatro las recordadas en nuestra lista. El mapa resultante tiene una indebida concentración en Europa y la Costa Este americana, pero se debe sólo a que nuestra experiencia es limitada, e insuficiente el conocimiento de las geografías más lejanas. Al igual que los libros se databan con su primera publicación en el idioma original, también aquí las exposiciones se localizan en el tiempo en su sede inicial, por más que muchas hayan viajado con éxito a multitud de destinos, aliviando así acaso la excesiva concentración en instituciones de referencia.

El marco cronológico se estableció con las fechas de publicación de los libros de Rossi y Venturi, y quizá es oportuno recordar que fue precisamente el MoMA el que en 1966 editó este último como primer cuaderno de una serie desligada de su programa expositivo. De hecho, esa modesta publicación, con ilustraciones del tamaño de sellos de correos, tuvo una difusión limitada, y la mayor parte de los lectores están familiarizados con la segunda edición realizada por el propio museo en 1977, en formato apaisado y grandes imágenes. Tres años después de la aparición del fascículo, Arthur Drexler y Colin Rowe reunieron en el museo a cinco arquitectos neoyorquinos —llamados ‘blancos’ por su inspiración en las villas de entreguerras de Le Corbusier— que publicarían su obra en forma de libro en 1972, para ser contestados al año siguiente en Architectural Forum por otros cinco ‘grises’ partidarios del realismo con acentos clasicistas de Venturi, de manera que el MoMA promovió a la vez el postmoderno contextual y el neomoderno corbuseriano, justificando su centralidad en los debates estilísticos de esa hora.

Sería al final el postmoderno clasicista el que acabaría imponiéndose, dispersándose los cinco ‘blancos’ en distintas direcciones, y organizando el propio Drexler una gran muestra sobre la arquitectura beauxartiana que suministraría combustible a la reacción antimoderna. Las tendencias radicales europeas de los años sesenta certificaron su agotamiento con la mítica Documenta 5, comisariada por Harald Szeemann, que revisó el accionismo callejero para volver a considerar ‘la realidad de la representación visual’ entre los muros del museo, y que es aún recordada por el poster de hormigas de Ed Ruscha y por su sustitución de los cánones historiográficos por las mitologías individuales. Y la muy dinámica vanguardia italiana llegó igualmente a su término con dos exposiciones que mostraron su viraje artístico e intelectual: la de Emilio Ambasz en el MoMA sobre el nuevo paisaje doméstico en Italia, y la Trienal de Milán que comisarió Aldo Rossi en 1973.

La postmodernidad plena se consagraría con dos muestras italianas de excepcional influencia, la ‘Roma interrotta’ de 1978 y ‘La Strada Novissima’ en la Bienal de Venecia de 1980, organizada por Paolo Portoghesi con el lema ‘La presencia del pasado’.

La 'Strada Novissima' en la bienal veneciana de 1980 señaló un cambio de rumbo. 

El debate arquitectónico seguía moviéndose entre Italia y Estados Unidos, pero la inauguración del Centro Pompidou en 1977, bajo la dirección de Pontus Hultén, creó un nuevo polo de creación y pensamiento. Ese mismo año, la exposición ‘París-New York’, que presentaba a las ciudades como crisoles de arte y cultura, inició un ciclo monumental (París-Berlín en 1978, París-Moscú en 1979, París-París en 1981) que el museo prolongaría con otras muestras admirables, como la ‘Vienne’ de Jean Clair en 1986 o ‘La Ville’ de 1994, una estupenda síntesis de las representaciones de la ciudad y de la reflexión sobre la misma. Pero los años ochenta fueron entregadamente postmodernos, y si los finlandeses exponían el clasicismo nórdico, la Documenta 7 de Rudi Fuchs defendía la autonomía estética del arte y sus valores tradicionales, Berlín lanzaba su IBA con una muestra ideológica e historicista comisariada por Vittorio Magnago Lampugnani y el MoMA exponía a Ricardo Bofill y Léon Krier como representantes de esa nueva sensibilidad.

Las muestras sirvieron también para revisar el conocimiento de los maestros y para popularizar la obra de figuras menos conocidas. Así, Jean-Louis Cohen presentó un Le Corbusier remozado en el Pompidou en 1987, Brownlee y De Long se ocuparon de Louis Kahn en el MOCA en 1991, Terry Riley hizo lo propio para Wright en el MoMA en 1994, Mies fue objeto de dos muestras simultáneas en el MoMA y el CCA en 2001 y Aalto fue expuesto en Vitra en 2014. De igual forma, arquitectos como Barragán, Prouvé o Stirling fueron homenajeados en museos, arquitectas como Eileen Gray, Lily Reich o Charlotte Perriand salieron de un segundo plano, y contemporáneos como Rem Koolhaas, Herzog & de Meuron, Santiago Calatrava o Rafael Moneo se dieron a conocer al gran público. Y a menudo con la excusa de un aniversario, grupos o movimientos como los constructivistas, la Bauhaus o Archigram fueron objeto de exposiciones donde se mezclaba inextricablemente la celebración con la revisión, y los intereses contemporáneos con la investigación histórica.

El clima de la arquitectura experimentó una mudanza a finales de los ochenta que coincidió con el final de la Guerra Fría. Ninguna exposición supo captarlo tan bien como la organizada por Philip Johnson y Mark Wigley en el MoMA en 1988, ‘Arquitectura deconstructivista’, una inteligente presentación de obras fracturadas que daría nombre a la corriente dominante durante los noventa, que se dijo inspirada en los escritos del filósofo Jacques Derrida. 

'Des architectures de terre' mostró en el Pompidou en 1980 el interés por lo vernáculo, mientras en el MoMA 'Deconstructivist Architecture' promovió en 1988 una renovada atención a los proyectos fracturados e inestables. 

El Pompidou había comenzado a mostrar distancias con el tradicionalismo a través de los inmateriales de Lyotard en 1985, e iría mucho más allá de los quiebros deconstructivos con ‘Lo informe’ de Rosalind Kraus e Yve-Alain Bois en 1996. Pero esta tendencia deconstructiva tendría una vida tan breve como la postmodernidad clasicista a la que sustituyó, y su canto del cisne podría quizá localizarse en la Bienal de Venecia de 2004, dirigida por Kurt Forster bajo la rúbrica ‘Metamorph’, y que agrupó un centón de arquitecturas quebradas o catastróficas que querían transmitir con sus fracturas la naturaleza angustiosa de los tiempos.

Las urgencias de la crisis energética y climática se expresaron también mediante exposiciones que volvieron la mirada hacia los debates ecológicos de los sesenta y los setenta, y a la valoración de lo vernáculo, lo industrial y lo anónimo, alejándose de la arquitectura de autor y las polémicas estilísticas. Bernard Rudofsky había presentado en 1964 en el MoMA su programática ‘Arquitectura sin arquitectos’, y ese espíritu estaba presente en muchas muestras posteriores. El Pompidou expuso en 1980 las arquitecturas de tierra como una recuperación tradicionalista, pero el ‘Weather Project’ de Olafur Eliasson en la Tate en 2003, el ‘Sorry, Out of Gas’ de Mirko Zardini en el CCA en 2007 o el ‘Home Delivery’ de Barry Bergdoll en el MoMA en 2008 aglutinaban ya un talante nuevo, atento a lo atmosférico, la energía o la industrialización de la construcción. Ese entorno intelectual y político cristalizaría en las dos últimas bienales de Venecia, la dirigida en 2014 por Rem Koolhaas —que bajo el lema ‘Fundamentals’ exploraba los elementos de la arquitectura, como un cuarto de siglo antes lo había hecho ‘El espacio privado’ en el Museo de Arte Contemporáneo madrileño— y la pilotada en 2016 por Alejandro Aravena, que mostró un conjunto nuevo de prácticas atentas a las urgencias del planeta, y que por cierto otorgó su León de Oro al pabellón español.

Nuestro país, ausente durante un largo período de los escenarios centrales del debate arquitectónico, regresó a ellos durante las últimas décadas, tras la consolidación de la democracia que hizo visible el retorno del Guernica desde el MoMA neoyorquino, y que en el Museo Reina Sofía se celebró con una exposición sobre el pabellón de 1937 que lo había alojado. En 2006 las arquitecturas de España merecieron una muestra en el mismo MoMA, la primera dedicada a un país por el museo desde la mítica ‘Brazil Builds’ de 1943, y expresiones de esa recobrada normalidad han sido exposiciones como ‘Spaceship Earth’, la monográfica de Buckminster Fuller en Ivorypress, o la consagrada a la arquitectura emergente del tercer mundo en el Museo ICO bajo el título ‘The Architect is Present’, un guiño irónico a ‘The Artist is Present’ de Marina Abramovic en el MoMA, muestras ambas que marcan el diapasón de un tiempo nuevo para los que, ya en el Antropoceno, nos sabemos pasajeros de la Nave Espacial Tierra.

'On Site: new architecture in Spain' en el MoMA, 2006
España se expuso en el MoMA en 2006, celebrando los logros de un país que abordaría la crisis con muestras como 'The Architect is Present' en 2014, año también de una bienal que defendió el regreso a los fundamentos. 
'The Architect is Present' en el Museo ICO, 2014


1967-2017

Cincuenta exposiciones

Emilio Ambasz, ‘Italy: The New Domestic Landscape’, MoMA (1972)

Harald Szeeman, ‘Befragung der Realität’, Documenta 5, Kassel (1972)

Aldo Rossi, ‘Rational Architecture’, Trienal de Milán (1973)

Arthur Drexler, ‘The Architecture of the École des Beaux-Arts’, MoMA (1975)

Emilio Ambasz, ‘The Architecture of Luis Barragán’, MoMA (1976)

Pontus Hultén, ‘Paris-New York’, Centre Pompidou (1977)

Piero Sartogo, ‘Roma interrotta’, Mercado de Trajano, Roma (1978)

Paolo Portoghesi, ‘The Presence of the Past’, Bienal de Venecia (1980)

J. Stewart Johnson, ‘Eileen Gray, designer’, MoMA (1980)

Jean Dethier, ‘Des Architectures de Terre’, Centre Pompidou (1981-82)

Simo Paavilainen, ‘Nordisk Klassicism’, M. of Finnish Architecture (1982)

Rudi Fuchs, ‘Sin título’, Documenta 7, Kassel (1982)

Vittorio M. Lampugnani, ‘Das Abenteuer der Ideen’, Berlín (1984)

Arthur Drexler,‘Ricardo Bofill and Léon Krier’, MoMA (1985)

Jean-François Lyotard, ‘Les Immatériaux’, Centre Pompidou (1985)

Jean Clair, ‘Vienne, Apocalypse Joyeuse’, Centre Pompidou (1986)

Kirk Varnedoe, ‘Vienna 1900: Art, Architecture & Design’, MoMA (1986)

Jean-Louis Cohen, ‘L’aventure Le Corbusier’, Centre Pompidou (1987)

Josefina Alix, ‘Pabellón Español. Exposición de París 1937’, MNCARS (1987)

Philip Johnson, Mark Wigley, ‘Deconstructivist Architecture’, MoMA (1988)

Raymond Guidot, Alain Guiheux, ‘Jean Prouvé’, Centre Pompidou (1990)

Luis Fernández-Galiano, ‘El espacio privado’, MEAC (1990)

David Brownlee, David De Long, ‘Louis I. Kahn’, MOCA (1991)

Harald Szeeman, ‘Visionary Switzerland’, Zurich (1991)

V. Gusev, T. Krens, ‘The Great Utopia’, Schirn Kunsthalle Frankfurt (1992)

Terence Riley, ‘Frank Lloyd Wright: Architect’, MoMA (1994)

Jean Dethier, ‘La Ville’, Centre Pompidou (1994)

Jean-Louis Cohen, ‘Scenes of the World to Come’, CCA (1995)

Rosalind Krauss, Yve-Alain Bois, ‘L’informe’, Centre Pompidou (1996)

Matilda McQuaid, ‘Lilly Reich: Designer and Architect’, MoMA (1996)

Barry Bergdoll, Terence Riley, ‘Mies in Berlin’, MoMA (2001)

Phyllis Lambert, ‘Mies in America’, CCA (2001)

Philip Ursprung, ‘Herzog & de Meuron: Natural History’, Schaulager (2002)

AA, ‘Archigram: Experimental Architecture 1961-1974’, MCA (2002)

Olafur Eliasson, ‘The Weather Project’, Tate Modern (2003)

Rem Koolhaas, ‘Content’, Neue Nationalgalerie, Berlín (2003)

Kurt Forster, ‘Metamorph’, Bienal de Venecia (2004)

S. Calatrava, ‘Santiago Calatrava: Sculpture into Architecture’, MET (2005)

Marie-Laure Jousset, ‘Charlotte Perriand’, Centre Pompidou (2006)

Terence Riley, ‘On-Site: New Architecture in Spain’, MoMA (2006)

Mirko Zardini, ‘1973: Sorry, Out of Gas’, CCA (2007)

Barry Bergdoll, ‘Home Delivery’, MoMA (2008)

Ulrike Bestgen, ‘Das Bauhaus...’, Klassik Stiftung Weimar (2009)

Andrew Bolton, ‘Alexander McQueen, Savage Beauty’, MET (2011)

Anthony Vidler, ‘Notes from the Archive: James Frazer Stirling’, CCA (2012)

Jochen Eisenbrand, ‘Alvar Aalto’, Vitra Design Museum (2014)

Rem Koolhaas, ‘Fundamentals’, Bienal de Venecia (2014)

Francisco G. de Canales, ‘Moneo’, Fundación Barrié (2014)

Luis Fernández-Galiano, ‘The Architect is Present’, Museo ICO (2014)

Alejandro Aravena, ‘Reporting from the Front’, Bienal de Venecia (2016)


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