Concebido como homenaje al material asociado a los recuerdos infantiles de la autora —a quien de niña le gustaba acariciar los muros irregulares del National Theatre de Londres, obra de Denys Lasdun— este volumen es un compendio divulgativo y entusiasta de las posibilidades actuales del hormigón. En su introducción repasa de manera sucinta y con abundante acompañamiento gráfico los avatares de este material hasta su normalización actual, destacando junto a los habituales ingenieros y arquitectos franceses, nombres de sus homólogos ingleses (Ove Arup, Berthold Lubetkin) y americanos (Albert Kahn, Rudolf Schindler, Paul Rudolph o Louis Kahn).

El resumen se detiene en los años noventa para dejar hablar a las obras, que se agrupan en cuatro categorías (casa, trabajo, ocio y paisaje), y se reparten por varios países, desde Estados Unidos a Japón, pasando por Suiza e incluyendo obras en Argentina y Australia. Con ocho ejemplos —la Casa De Blas de Campo Baeza, la sala para la Universidad de Alicante de García- Solera, el pabellón de baño en Olot de RCR, una piscina en La Coruña del Estudio Cano Lasso, la capilla en Almadén de Sancho y Madridejos, el Botánico de Barcelona, de Ferrater, Figueras y Canosa, el Tanatorio de León de BAAS, y las escaleras mecánicas en Toledo de Lapeña y Torres— el nuestro es el país más representado. Cierra el volumen, la Catedral de Los Ángeles, de Moneo, subrayando el acento español del elenco.