Todo en este edificio se ha considerado en función de su privilegiado emplazamiento: a orillas del lago de Ginebra, con el Jura a sus espaldas y frente al Mont Blanc y la cordillera de Los Alpes. La luz se refleja en la gran masa de agua y, según varían las horas o las condiciones climatológicas, los contornos del paisaje son muy nítidos o se desdibujan. Así, el diseño de los espacios busca apropiarse de la naturaleza, y los materiales escogidos aspiran a entrar en resonancia con ella.

El secretariado general de la UEFA comprende diferentes servicios de administración y representación que necesitan zonas comunes y una serie de locales específicos como la sala para el comité ejecutivo, un recinto para los miembros del tribunal permanente y un auditorio. Todo este programa se aloja en un edificio con tres niveles principales y dimensiones cercanas a los 80 x 30 metros.

El volumen se incrusta en la pendiente del terreno y divide el solar en dos partes: un jardín alto, donde domina la presencia de un gran cedro; y un jardín bajo que llega hasta el agua, concebido como prolongación visual de la planta baja. La cota superior del edificio se fija a la altura del ojo del espectador que contempla el lago desde la carretera que une Ginebra y Lausana. Este forjado se ocupa con una única terraza, que hace las veces de ‘campo de honor’ de la UEFA y es accesible desde el interior o desde el jardín superior mediante pasarelas. Esta horizontal y los dos paralelepípedos de vidrio que la flanquean enmarcan las vistas.

Los dos pisos superiores, pensados como superficies adaptables a la evolución de las necesidades del trabajo, se ocupan con despachos. Para conseguir un único espacio divisible, la estructura portante se traslada al centro del edificio, dejando un atrio —iluminado cenitalmente por el alargado lucernario plano de la cubierta-terraza— pautado por los cuerpos de las escaleras que comunican los dos pisos superiores. La mediateca y otra zona de reunión se alojan en estos volúmenes de vidrio.

Evidencia constructiva
Los tres planos de hormigón que conforman los forjados, pretensados para asegurar la estabilidad del edificio, se hacen patentes al exterior y refuerzan la composición lineal de las fachadas. Las plantas administrativas se rigen por una cuadrícula, evidente en el despiece de los materiales de revestimiento. Los planos del suelo, de roble y piedra, y el techo, una chapa suspendida de aluminio, se proyectan en la superficie de la fachada de vidrio. Bajo ellos discurre toda la red de instalaciones. El mobiliario y las divisiones interiores, ambos móviles, siguen esa modulación.

La transparencia y el reflejo se utilizan como motivos principales de las fachadas, dejando que el paisaje sea un elemento más de caracterización de las zonas de trabajo. En las fachadas longitudinales, la secuencia de grandes vanos facilita la ventilación natural. Las laterales, orientadas hacia Ginebra y Lausana, utilizan dos vidrios separados 0,55metros para formar una cámara de aire que salva las diferencias térmicas entre el interior y el exterior.[+]