El origen de esta guardería, que sigue el sistema Montessori, está en la Casa Roof, una vivienda unifamiliar construida hace un tiempo por el estudio Tezuka, en la que gran parte de la vida se desarrolla en la cubierta de madera (véase Arquitectura Viva 102). La dirección de la escuela pidió a los arquitectos «una Casa Roof para quinientos alumnos». Del conjunto escolar anteriormente existente quiso mantenerse la atmósfera espontánea y el arbolado, unos magníficos zelkovas (olmos chinos) cuya situación obstaculizaba la ampliación del centro, quedando finalmente insertas en la edificación. La forma ovalada e irregular responde al deseo de lograr un espacio continuo adaptado al solar. Ese deseo de continuidad se traduce en las separaciones entre aulas, que quedan determinadas únicamente por la necesidad de disponer de los aseos; por lo demás no hay divisiones: las aulas y las salas de profesores son diáfanas. Para delimitar áreas se cuenta con módulos de madera de paulownia que sirven como muebles y estanterías, cuyas aristas se han redondeado para hacerlas más adecuadas. En este jardín de infancia el mobiliario no está organizado en filas; los niños se sientan mirando en diferentes direcciones y cuando hace falta se giran para ver al profesor. 

La definición geométrica y constructiva de la cubierta fue compleja, al tratarse de un óvalo distorsionado, sin radios de curvatura constantes. El edificio tiene diferentes anchuras entre el exterior y el patio, pero los bordes interior y exterior de la cubierta son horizontales, por lo que la plataforma parece tener una pendiente constante. En realidad se trata de una superficie que sigue la línea de una suave curva hiperbólica tridimensional. El uso de la cubierta como patio requería algún tipo de protección, pero en lugar de un peto se instaló en todo el perímetro una barandilla metálica con una separación entre montantes de once centímetros por la que no cabe la cabeza de un niño pero sí las piernas, lo que les permite sentarse en el borde con los pies colgando. Los aleros se separan del suelo lo mínimo permitido (2,10 metros), de modo que desde el patio se puede ver lo que ocurre en la cubierta. Los huecos entre la cubierta y los troncos de los árboles se cubren con redes, lo que no impide que los niños intenten trepar por las ramas. La iluminación es a base de bombillas desnudas, accionadas por cordones para crear espacios de luz. En lugar de los lavabos habituales se colocaron fuentes cúbicas exentas que ofrecen a los niños la posibilidad de reunirse a su alrededor. Los grifos del patio, otro elemento de agua, se han diseñado evitando los desagües a la vista; el chorro cae directamente sobre los huecos del pavimento de bloques de madera... [+]