Hasta su rehabilitación en 1996, el carácter de este edificio se había desvirtuado a lo largo de cinco siglos de continuas intervenciones. Entre sus elementos más representativos destaca el patio trapezoidal —de finales del siglo XV—, con excelente labrado de piedra arenisca, y la fachada que da a la plaza —de principios del XVII—, conformada según el esquema tradicional del palacio castellano. En 1940 se destinó a Escuela de Comercio, y se expandieron los límites del solar a la denominada calle de los Novios, un callejón umbrío y angosto. La heterogeneidad de los materiales y soluciones constructivas propuestas para los cambios de uso determinó la pérdida de uniformidad del lenguaje del palacete, generando una sórdida imagen interior, ajena tanto a la arquitectura civil como al trazado original del claustro.

La propuesta debía compatibilizar las dependencias para dos instituciones: el Centro Cultural de Japón pretendía dotarse de una sede en la ciudad; y los Cursos Internacionales de un espacio para actividades del tercer ciclo universitario. Mientras que el primero resuelve su programa en el cuerpo que abre a la plaza de San Boal, el otro se concentra en la edificación de la calle de Los Novios, extendiéndose en el resto de las plantas hacia el ala norte. Existe una zona en planta baja, alrededor del patio, destinada a actos comunes.

La introducción de rampas, escaleras, ascensores y núcleos de instalaciones, organiza las crujías de la planta con arreglo a los nuevos usos; la nave de acceso ha sido rehabilitada, adecuándola a su nuevo carácter expositivo, y se ha recuperado tanto el trazado original en L como la cota de entrada del patio renacentista. El flanco norte se sustituye por una pieza flexible dedicada a albergarlas aulas y susceptible de adaptarse a las nuevas demandas tecnológicas. El uso de los materiales en crudo —entre los cuales revoco de cal— facilita una ejecución sencilla y manifiesta cómo los sistemas constructivos tradicionales continúan estando hoy vigentes…[+]