La oficina, el museo y la residencia del artista Francisco Brennand se emplazan sobre las ruinas de una antigua fábrica de cerámica de inicio del siglo XX que heredó de su padre. Ésta se ubica en una finca de un barrio histórico de la ciudad brasileña de Recife rodeada de una exuberante reserva natural de mata atlántica y por las aguas del río Capibaribe. Después de un largo y laborioso proceso de reconstrucción, la última de las piezas agregadas al conjunto arquitectónico es la Capilla de Nuestra Señora de la Concepción.

El diseño del proyecto plantea insertar un nuevo espacio en una antigua casa en ruinas del siglo XIX, constituida por los restos de unos muros de ladrillo y piedra que han sido integrados en el nuevo edificio como envoltorio de la nave principal. Los fragmentos de los arcos de los viejos pórticos dibujan una línea externa que circunda el edificio.

La nueva cubierta se realiza con una losa de hormigón pretensado. Ésta, apoyada sobre dos pilares emplazados en el eje longitudinal de la nave, planea libremente sobre el área definida por las antiguas paredes adecuadamente restauradas. Para dotar al espacio litúrgico de cierta intimidad se dispone un cierre de vidrio transparente que permanece independiente tanto de la cubierta como de los muros, de los que se separa menos de un metro generando un singular deambulatorio. Estas paredes de vidrio dibujan un perímetro zigzagueante que ayuda a que el pequeño espacio que encierran, de apenas 120 metros cuadrados, se multiplique gracias al juego de transparencias, perspectivas y reflejos visibles a través de las antiguas puertas y ventanas.

La sacristía, a la que se accede bajando una escalera situada a un lado del altar, se ubica enterrada en la planta sótano, fuera de la proyección del cuerpo principal. Asimismo, también se sitúa bajo rasante una sala de máquinas con acceso independiente desde el exterior del edificio. El coro se plantea como una alargada pieza rectangular de 7,5 x 1,2 metros que se cuelga, a dos metros del suelo, del pilar situado junto al atrio de acceso. Por último, la torre del campanario se separa del cuerpo principal complementando el programa.

Tanto el atrio como el baptisterio, situados en el perímetro exterior del edificio, ayudan a integrar en el conjunto arquitectónico el paisaje formado por un fragmento de selva, un pequeño estanque y, al sur, el río Capibaribe... [+]