Las viviendas vienesas Sargfabrik, fruto de una iniciativa municipal de recuperación de un tejido industrial obsoleto, obtuvieron en 1996 el premio Adolf Loos. No muy lejos de aquéllas, en la Missindorf strasse, Miss Sargfabrik supone la continuación de aquel proyecto: es un prototipo residencial de 40 viviendas (con una superficie útil de 3.000 metros cuadrados) complementadas con áreas comunes. 

El objetivo era satisfacer las demandas residenciales del siglo XXI, sin cortar lazos con la rica tradición vienesa de vivienda social. Fruto del contacto con los usuarios, Miss Sargfabrik es como un traje hecho a medida de las necesidades de la gente. Promovidas también por el ayuntamiento de la ciudad, una de las características de estas viviendas es la diversidad de sus ocupantes: hay, por ejemplo, tres unidades para discapacitados y pequeños apartamentos, conocidos como ‘Flex Boxes’, que se alquilan a estudiantes por un año. En esta modalidad residencial cooperativa, cada cual puede tener la casa que quiera. La flexibilidad es el punto de partida, pero hay otras reglas: 

¡Fuera los techos bajos! Aquí, incluso las viviendas de poco más de 50 metros cuadrados tienen alturas que sólo pueden encontrarse en las casas antiguas. Como estableció Le Corbusier, 2,26 metros de suelo a techo. 

«Huecos pequeños para piezas pequeñas.» Esta ecuación está obsoleta. Las superficies vidriadas crean la deseable conjunción de luz, transparencia y desahogo espacial. 

En el corazón de la casa hay un espacio ‘común’ a doble altura que es cocina, lavadero, cuarto de estar, biblioteca y sala de internet. Todos los apartamentos se agrupan en una banda periférica que deja un patio interior ajardinado. Y todos son pasantes. El reducido espacio de cada unidad de habitación se esponja con cambios de nivel, rampas y escaleras. Las ‘arritmias’ compositivas de la fachada a la calle y el perfil zigzagueante de las terrazas al patio interior traducen las ‘irregularidades’ buscadas en la planta y en la sección...[+]