Nos encontramos ante un proyecto en el que la voluntad de ordenar el espacio interior de una manzana no ha sacrificado el perímetro de la misma, salvando las dificultades que impone la topografía del terreno y la irregularidad de la parcela. Esto, además, ha sido conseguido con un tipo de vivienda en hilera que solamente sufre variaciones para llegar a albergar un mayor programa en los testeros y en las esquinas de la edificación. En las fachadas exteriores se consigue el orden con una gran sobriedad de elementos y de lenguaje mediante la repetición exhaustiva del hueco, que solamente variará en la planta baja, consiguiéndose una imagen que en este caso enlaza con una arquitectura más distante, pero que a su vez —por la escala de esta misma planta baja y el tratamiento de los patios traseros— también consigue identificarse con tipologías de patio y corral que no son extrañas en la zona.

Los elementos del amueblamiento urbano ligados a las viviendas, como aquellos que protagonizan los espacios colectivos, aportan una carga retórica y simbólica que, al situarse en el interior de la parcela, evitan las distorsiones en la imagen de la pequeña población en que se emplazan las viviendas.

En este caso es posible hablar de una mayor intención de matizar, con elementos y con una composición muy disciplinados, los caracteres locales y la tradición constructiva de la zona, de manera que difícilmente se podría atribuir de forma inequívoca un enclave andaluz para el proyecto de Badolatosa...[+]