Considerada la capital minera de Chile, la ciudad de Calama está situada en el desierto de Atacama, en la región de Antofagasta, siendo una de las poblaciones que reciben menos precipitaciones del mundo. Sin embargo, su localización en la ribera del río Loa la convierte un pequeño oasis en medio del paisaje árido del desierto. Calama funciona como una ciudad dormitorio y de servicios para los yacimientos cupríferos que rodean su emplazamiento. La falta de equipamientos urbanos y de espacio público de calidad han motivado manifestaciones constantes por parte de sus habitantes. En respuesta a ello, en el año 2012 se puso en marcha la iniciativa Calama PLUS (Plan Urbano Sustentable) que, con financiación público-privada, busca compensar a los habitantes por el impacto ambiental negativo de la actividad minera. El plan propone, por un lado, elevar la calidad de la vida urbana a través de la realización de 23 proyectos que incluyen parques, escuelas, zonas deportivas y dotaciones culturales; y por otro lado, plantea modos de emplear los escasos recursos hídricos de manera más eficiente y democrática, con actuaciones específicas como un acueducto que atraviese el tejido y que permita crear un sistema de irrigación para introducir zonas arboladas en el espacio público.