Observatorio de Rokko Shidare
Hiroshi Sambuichi 

Observatorio de Rokko Shidare

Hiroshi Sambuichi 


Con el monte Fuji (3.776 metros de altura) como hito mayor y celebrado, la geografía japonesa está definida por las cadenas de montañas que se suceden ocupando la mayor parte del territorio y dando a las islas su configuración arqueada, parecida a una media luna. Desde antiguo, las montañas han sido veneradas en Japón y, al menos desde el periodo Edo (1603-1868), ha sido común confeccionar listas de aquellas que destacasen por su tamaño o su belleza. En estas suelen estar presentes los montes Rokko, apreciados por la singularidad del paisaje donde se insertan, pese a no alcanzar siquiera los 1.000 metros de altura. Atrapar tal singularidad fue el objetivo del proyecto, en el que se recurrió a la arquitectura para crear un ‘paisaje de energía’ (energy scape) que diese cuenta de los rasgos específicos (paisajísticos, climáticos) de su entorno.

El proceso de diseño comenzó con el análisis del enclave donde la pieza había de emplazarse. Se trataba de un solar situado cerca de la cima de los montes Rokko, no lejos de Kobe, y desde el cual se puede percibir el panorama formado por la llanura de Osaka, el estrecho de Akashi y la isla de Seto. En lo alto de la montaña el clima es variable: cálidos veranos suceden a rigurosos inviernos durante los cuales antaño era común almacenar en neveras el hielo producido para usarlo cuando hiciera calor. Esta costumbre inspiró el edificio, cuya cúpula, formada por una estructura muy ligera de madera y acero, está diseñada para que, al igual que los árboles de su entorno, acumule hielo en su superficie, manifestando de una manera plástica un fenómeno específico de los montes Rokko, que ocurre cuando las temperaturas son inferiores a los 5 grados centígrados, la humedad del aire está cerca del 100%, y el viento sopla a más de 18 kilómetros/hora. Bajo tales condiciones, la humedad, al entrar en contacto con los objetos fríos (por ejemplo, las ramas de los árboles o las barras de la cúpula) cristaliza en el acto sobre ellas.

La forma del edificio no sólo está concebida para expresar este proceso de cristalización, sino para dar cuenta de todas las metamorfosis del agua. Así, durante el invierno, mientras que el hielo cristaliza en la superficie de la cúpula, un cuerpo hueco con forma de chimenea recoge el agua de lluvia, que escurre por sus paredes y se acumula en piscinas. Allí, este agua se transforma en hielo y se almacena en neveras. El espacio interior de la chimenea se refrigera de manera natural durante el verano gracias a que el aire entra en contacto con el hielo de las neveras, evacuándose después por el hueco superior de la chimenea. Es el agua, así, la que, bajo el influjo del sol y de los vientos, y mutando continuamente entre sus tres diferentes estados, se convierte en la verdadera fuerza configuradora del edificio.


Obra

Observatorio de Rokko Shidare, Nada-ku, Kobe, Japón.

Cliente

Hanshin Electric Railway Co.

Arquitecto

Hiroshi Sambuichi / Sambuichi Architects.

Consultores

Arup (estructuras, geometría y asesoramiento medioambiental); Nishikawa Building Mechanical and Electrical Engineers Office, Sekkeishitsu Taniguchi (instalaciones).

Contratista

Konoike Construction.

Fotos

Katsuhisa Kida / FOTOTECA; Sambuichi Architects.