Situada en un terreno montañoso donde confluyen las prefecturas de Shiga, Mie y Nara, la escuela de Minami-Yamashiro —un pequeño pueblo cercano a Kioto —disfruta de las vistas del paisaje circundante desde lo alto de una colina. Como si fuera una ciudad de nueva planta, el edificio coloniza el terreno mediante la utilización de una malla ortogonal de 8,1 x 8,1 metros, que se hace explícita en la zona de juegos al aire libre y que en su configuración tridimensional conforma dos edificios de idéntica cubierta (la escuela y el gimnasio) y absorbe las irregularidades del terreno.

El edificio principal, que además de escuela infantil servirá como centro de educación de adultos, juega con dicha malla tridimensional para crear una gran variedad de espacios —dobles alturas, terrazas a cubierto y jardines— que dan respuesta a las escalas del niño y del adulto. Los distintos colores utilizados en la fachada distinguen los espacios infantiles y sus diversas funciones de las superficies monocromas en los espacios destinados a los adultos, configurando así una imagen de juguete multicolor que se adecúa bien al carácter del proyecto.

La cubierta de chapa grecada, revestida por una fina lámina de acero inoxidable por el exterior, consiste en una serie de lucernarios modulares orientados sensiblemente al norte, que introducen luz dentro del edificio y que cubren reiteradamente todos los espacios incluidos en su perímetro, tanto interiores como exteriores. Los planos inclinados de los lucernarios se curvan y se solapan ligeramente entre sí, lo suficiente como para evitar la entrada de luz directa en las aulas durante todo el año.

Un gran espacio longitudinal, igualmente iluminado, alberga todos los ámbitos de circulación y esparcimiento, al tiempo que sirve de transición entre la pista de atletismo, los campos de juego y las dos plantas de aulas. Las destinadas específicamente al arte, a la ciencia y a la música se sitúan al nivel del patio de juegos, quedando por debajo los espacios dedicados a aparcamientos e instalaciones, que adaptan en cada módulo su altura y profundidad a la pendiente del terreno circundante. La solidez de la estructura de hormigón armado contrasta con la ligereza de la serie de planos inclinados de cubierta, apoyados sobre una fina estructura metálica diagonal en la escuela y sobre una gran cercha en el espacio que alberga el gimnasio. El edificio se construye con materiales sencillos, duraderos y de bajo coste de mantenimiento; y aunque se distingue como una pieza de diseño especial, pretende hacerse eco de la tradición constructiva japonesa que tanto ha inspirado a los arquitectos modernos... [+]