El nuevo Instituto se sitúa al final del tejido de viviendas en el sector de las Aimerigues, en el umbral de un futuro crecimiento de la ciudad y un área de parques limitados por la calle de Icaria. La implantación se define desde la ubicación de los volúmenes dentro de la parcela: un volumen compacto alineado en la calle consolidada de Pablo Iglesias y un volumen menor que contiene el gimnasio y que define el acceso a través del espacio público y el porche.

El modelo tipológico planteado es de carácter compacto con un pasillo central luminoso y generoso y aulas a ambos lados. Se trata de un volumen económico, compacto, flexible y eficiente. Económico, por su sencillez constructiva y por los ajustados metros cuadrados construidos en relación al programa requerido. Compacto, en cuanto que ocupa menos territorio y libera espacio de juegos con medidas coherentes para las actividades de ocio sin áreas residuales, facilitando el control del espacio exterior y permitiendo una fácil ampliación. Flexible, ya que, dada la cada vez mayor mutabilidad de los programas docentes, la operatividad del centro necesita ser capaz de dar cabida a usos diferentes a lo largo del tiempo; así, se garantizan los accesos independientes, sin tener que entrar al centro, para el gimnasio, la biblioteca, la AMPA, y los aseos exteriores. Y eficiente, pues la compacidad ayuda a minimizar las pérdidas energéticas; la crujía óptima y la construcción en seco son sistemas pasivos que ayudan a reducir la huella de carbono del edificio, a lo que contribuye también la utilización de materiales no contaminantes, durables y fácilmente reciclables, el uso de energías renovables, de sistemas de control y gestión de residuos y de la tecnología BIM en el proceso de proyecto y construcción.

Las aulas se disponen en el volumen alineado a la calle Pablo Iglesias, formalizando una de las vallas del centro sin generar espacios residuales. El gimnasio da frente a la calle de Icaria, acompañando el acceso, con un primer espacio arbolado que servirá para aparcamiento de bicicletas. Entre los dos volúmenes se genera un porche orientado a sur, a través del cual se accede al instituto y al gimnasio.

En cuanto a los materiales, se apuesta por el uso de la cerámica en fachada, con varios tipos de aparejos que generan diferentes texturas, haciendo referencia al pasado industrial de la ciudad. El resto de cerramientos son de vidrio, policarbonato celular y revestimiento de pino cuperizado en algunas zonas de planta baja. Lamas cerámicas orientables evitan la radiación directa, permitiendo la entrada de luz difusa. Su altura se ajusta para permitir vistas al exterior.