En el extremo noreste de Mallorca, a unos 80 kilómetros de Palma, se encuentra Cala Ratjada, una pequeña población costera desarrollada a partir de su puerto, el más importante de Capdepera y el punto de la isla más próximo a Menorca. Se trata de un pequeño núcleo urbano planificado a partir de un ensanche rectangular compuesto en su mayor parte por edificios de viviendas.

La nueva dotación incluye un centro cultural y un amplio espacio al aire libre con árboles centenarios; el edificio, de aspecto cambiante, pretende establecer un diálogo y fundirse con ese entorno natural de luces y sombras.  

Con una superficie de 3.650 metros cuadrados, el nuevo centro Cap Vermell está situado en el corazón del ensanche, y está formado, además de por el edificio que alberga el centro cultural por un amplio espacio libre dentro de una parcela de pinos centenarios. Con la voluntad de establecer un diálogo con el lugar en que se inserta, el proyecto trata de integrarse en el entorno sin mimetizarse. Así, las sombras del edificio juegan con las que arrojan los árboles en un escenario protagonizado por la intensa luz mediterránea. De silueta quebrada, el edificio es un volumen sólido y compacto, de hormigón teñido, con la misma textura y color de la piedra que lo rodea. Su aspecto pétreo y cambiante sirve como telón de fondo de las sombras arrojadas por la vegetación.

La planta se resuelve en tres crujías principales que organizan todo el programa: la crujía paralela a la fachada oeste, de mayor tamaño, contiene las piezas principales —sala de actos, cafetería, biblioteca y sala de exposiciones—; la más próxima a la calle contiene las piezas de menor dimensión —aulas, despachos y oficinas—; y, finalmente, una crujía central acoge los servicios, las comunicaciones verticales y tres patios longitudinales que favorecen la iluminación y ventilación natural. 

La entrada al edificio se hace a través de un doble acceso que tiene lugar a través de las dos fachadas principales; ambas confluyen en un vestíbulo único que en sección recorre visualmente la totalidad del programa. El proyecto busca la integración de sistemas pasivos y tradicionales en el proceso constructivo, y utiliza así la construcción en seco y un sistema prefabricado económico y versátil, que es a la vez solución constructiva y energética: una pieza de hormigón de marés cuya naturaleza y despiece se funden en la memoria de la edificación tradicional balear. 


El programa se organiza en tres crujías; la mayor acoge los usos principales; la más próxima a la calle las aulas y despachos; y la central contiene los servicios, los núcleos verticales y tres patios longitudinales para ventilación e iluminación. 

Los patios para la ventilación cruzada de las salas, la protección solar con elementos que tamizan la luz, la crujía que permite el aprovechamiento máximo de la luz solar y la reutilización de las aguas pluviales depositadas en un aljibe de gran dimensión para el riego de la vegetación, son aspectos implementados en el edificio que mejoran su rendimiento energético y su integración con el entorno.


Cliente Client

Ayuntamiento de Capdepera

Arquitectos Architects

Antoni Barceló y Bàrbara Balanzó

Barceló Balanzó Arquitectes SLP

Colaboradores Collaborators

Carles Vinardell, Francesc Trillo; Sebastià Bonet Palmer (arquitecto técnico quantity surveyor)

Consultores Consultants

Crack Ingeniería Catalana (estructuras structures); Reolid Consulting, S.L. (instalaciones mechanical engineering)

Contratista Contractor

UTE Coexa – Llabrés Feliu, S.A.

Fotos Photos

Jaime Sicilia, BBArquitectes