Oliver Wainwright

En el paisaje bucólico de New Canaan (Connecticut) una cubierta serpentina y plateada repta por la ladera. Dibujando un zigzag, subiendo y bajando suavemente conforme se derrama por la ladera, la cubierta deja una estela sinuosa, como la de un snowboarder cuyo movimiento congelado sólo se sostuviera por los esbeltos postes de una pista de eslalon. Grupos de personas se mueven bajo este dosel finísimo, disolviéndose en las cápsulas de vidrio que se condensan bajo el techo como las gotas de rocío bajo una hoja.

Una visión tan delicada sólo podía deberse a Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa, dos japoneses que han dedicado su carrera a invocar edificios tan sutiles, que parece que van a evaporarse en cualquier momento. Sejima y Nishizawa han insuflado hormigón armado en burbujas improbables, han sido capaces de laminar el vidrio en cintas y de hacer levitar el acero sobre pilares que parecen palillos de dientes, y todo ello para crear edificios que parecen provenir de otro mundo, de un mundo más ligero. Ahora, en Grace Farms, un centro dedicado a la fe y las artes que ha costado 83 millones de dólares, parece como si SANAA hubiera encontrado un cliente cómplice en verdad de su compromiso con lo etéreo (...)



Obra Work

Grace Farms, New Canaan (Connecticut).

Cliente Client

Grace Farms Foundation.

Arquitectos Architects 

SANAA / Kazuyo Sejima, Ryue Nishizawa; Shohei Yoshida (arquitecto responsable project architect).

Colaboradores Collaborators

Handel Architects (arquitecto local architect of record); SAPS / Sasaki y Robert Silman (estructuras structures); McChord Engineering (ingeniería civil civil engineering); BuroHappold (instalaciones MEP).

Fotos Photos 

Iwan Baan; Montse Zamorano.