En el número 39 de la avenida de los Madroños de Madrid se construye esta escuela infantil para el Liceo Francés. Sus tres volúmenes de dos plantas mantienen la coherencia formal con el resto de los edificios del centro educativo, de ellos toman la modulación en las fachadas de las aulas, lo cual permite simplificar los procesos prefabricados de la obra. El volumen central de la escuela presenta una envolvente de escamas contrapeadas de aluminio, que constituye el elemento identitario del edificio. La obra ha obtenido la certificación Haute Qualité Environnementale (HQE) e incluye un sistema de ventilación natural formado por ventanas giratorias, rejillas y conductos que se activan manualmente.