El Palmeral de las Sorpresas
Junquera arquitectos 


El Palmeral de las Sorpresas recompone la relación de Málaga con el mar. El puerto, con sus fases de crecimiento y estancamiento ha marcado la historia de la ciudad desde su fundación fenicia. Así, su aprovechamiento industrial durante el último siglo provocó que se creara una escisión total con respecto al tejido urbano, por lo que la creciente importancia del sector turístico hizo plantear desde la década de 1990 el objetivo de que este espacio se convirtiera en un nuevo lugar de convivencia ciudadana. Asomado al Mediterráneo, este espacio se ha formalizado mediante una trama isótropa de palmeras, una pérgola paralela al muelle, y una lámina de conexión con la ciudad.

La recuperación para la ciudad de esta franja de costa antes dedicada a usos portuarios se ha basado en una trama de palmeras, inspirada en el palmeral mediterráneo, y en una pérgola que cobija el paseo junto al mar.

La búsqueda de un modelo para crear un parque mediterráneo llevó a descartar el jardín árabe tradicional, cuyo carácter era eminentemente doméstico, y fructificó con el hallazgo de las explotaciones agrícolas del mediterráneo. En estas plantaciones las palmeras, separadas entre sí tres metros, son los elementos que estructuran los cultivos en cuarteles de 20x20 metros. La dimensión de estos cuarteles es fruto de la experiencia milenaria, pues crea un microclima protegido frente al sol y el viento, necesario para la subsistencia de los cultivos en un clima tan duro como el del norte de África. El Palmeral de Elche permitió verificar el acierto de la elección, y así las plantaciones se han convertido en espacios escénicos protagonistas del paseo, que permiten acoger la diversidad de usos que reclama un parque sin perder la condición espacial unitaria. Frente a la gran escala de la palmera, cada recinto se ha tratado como un jardín diferente, tratando de conseguir la escala humana mediante el mobiliario y las plantaciones de distinto porte, así como un cierto grado de variación mediante las distintas texturas, periodos de floración, olores y colores.

Por su parte, la pérgola es el elemento que cose todo el frente marítimo, recibiendo a los viajeros que llegan por mar y ofreciendo su sombra a los paseantes. Está resuelta con una viga cajón metálica de 1,60 metros de altura y un ancho variable entre 0,55 y 1,15 metros, que recorre un trazado sinuoso de 400 m de largo con sólo 16 puntos de descarga situados en dos líneas paralelas. La viga discurre a 11 metros de altura y de ella penden 265 lamas de hormigón armado blanco.

De la viga cajón cuelgan 265 lamas ortogonales a la alineación del muelle, que tienen una longitud de 14 metros. La geometría variable de las lamas y sus nueve modelos diferentes logran un característico efecto de fluidez. 

Formando parte del paseo se sitúan los museos y la estación marítima: tres cajas de cristal traslúcido que, buscando una volumetría de mínima impronta, se colocan en posición perpendicular al muelle y se construyen sobre pilotes con plantas bajas diáfanas, para conseguir la máxima permeabilidad.


Cliente Client

Autoridad Portuaria de Málaga, Empresa Pública del Suelo de Andalucía

Arquitectos Architects

Jerónimo Junquera García del Diestro, Jerónimo Junquera González-Bueno, Ana Junquera González-Bueno, Liliana Obal

Colaboradores Collaborators

Miguel Angel Blanca, Elena Pascual, Daniel Alvarez, Tomas Hosie, Gabriel Avalos, Iban Jaen, Ariana Sarabia; María Vallier (arquitecto técnico quantity surveyor); Santiago Marín, (delineante draftsman)

Consultores Consultants

NB35 (estructura structure); Grupo JG (instalaciones services); Bet Figueras (paisajismo landscape); TYPSA-Francisco Naranjo (gestión de proyecto project management)

Contratista Contractor

Heliopol

Fotos Photos

Jesús Granada, Mireya Muntaner