Centro Hípico de Alto Rendimiento, Ultzama
Francisco Mangado 

Centro Hípico de Alto Rendimiento, Ultzama

Francisco Mangado 


El centro se sitúa en Zenotz, en el corazón del valle de Ultzama, uno de los más húmedos del norte de Navarra, de colinas suaves pero robustas, donde el pasto verde y los robles configuran un paisaje de fuerte carácter, cuyo color cambia según las estaciones. El valle está poblado por pequeños núcleos relativamente cercanos, configurados de manera aparentemente aleatoria, con edificaciones potentes, de volúmenes unitarios y aislados que parece que se tocan, pero que en realidad luchan por demostrar su rotundidad arquitectónica. Esta rotundidad —la del ‘caserío navarro’— nace de la climatología, pero también del sistema productivo ganadero, que obligaba a alojar en la casa a todos: habitantes y animales, y en ella destaca siempre la cubierta como elemento unificador.

La idea de la claridad y la potencia de los asentamientos adyacentes siempre ha estado presente en el proyecto. Es el principio de la volumetría clara como manera de relacionarse con el entorno el que inspira la propuesta, por encima de otras consideraciones. Esta claridad invade no sólo la imagen exterior, sino también la organización estructural y constructiva de los edificios. Otra reflexión está detrás del proyecto: la mezcla de escalas, la manera de combinar grandes espacios de entrenamiento o de cuadras con otros de carácter doméstico. De ahí surge la decisión de que todos los usos, independientemente de su tamaño, aparezcan recogidos en esos volúmenes únicos y totales, coherentes a su vez con la idea de claridad y rotundidad. Los materiales desempeñan un papel importante en el proyecto: su elección intenta dotar de contemporaneidad a soluciones tradicionales presentes en el entorno.

La organización es relativamente sencilla. Un gran volumen alargado contiene las cuadras y las viviendas de los trabajadores. La cubierta es la misma, inclinándose para albergar la mayor altura requerida por el segundo uso, y configurando en este punto el acceso principal al conjunto. Paralelamente, un gran volumen conectado con el primero contiene la pista olímpica de entrenamiento, la vivienda de los propietarios y una zona destinada a la formación de jinetes y entrenadores. Así, desde los lugares de estancia se tienen vistas directas tanto hacia la pista interior como exterior.

El proyecto de paisaje sigue básicamente las directrices de las parcelaciones del valle. Líneas de robles dividen los lotes, configurando prados longitudinales que siguen, más o menos, una directriz perpendicular al río Ultzama, donde todavía se pueden encontrar truchas y nutrias, y que delimita la finca. Ahora, estos prados están llenos de caballos.


Cliente Client

Privado

Superficie de actuación Site area

5.200 m2

Presupuesto Budget

2.000.000 euros

Arquitecto Architect

Francisco Mangado

Colaboradores Collaborators

David Martínez Grande, Janka Rust, César Martín Gómez (arquitectura architecture); Pedro Legarreta (arquitecto técnico quantity surveyor)

Contratista Contractor

Jofebar/ Vitrocsa (carpintería metálica y vidrio metal framework and glasswork); Philips (iluminación lighting)

Fotos Photos

Roland Halbe, Pedro Pegenaute