El solar elegido para la piscina cubierta está situado en el punto más elevado del campus universitario de Orense —los centros que integran la Universidad de Vigo están repartidos entre tres ciudades: Vigo, donde se encuentra la sede central, Orense y Pontevedra—. Su particular situación dentro del conjunto le confiere un valor especial en la relación entre la ciudad y el campus, que ahora se encuentra dificultada por la presencia de un vial divisorio de tráfico muy intenso. La elección de un programa lúdico y deportivo, que puede servir tanto a la comunidad universitaria como a los habitantes de la ciudad, viene a intensificar el valor del edificio en cuanto elemento de relación urbana.

De esta especial ubicación del proyecto es de donde proceden las principales decisiones conceptuales y formales que lo inspiran. Con una superficie de actuación de 2.800 metros cuadrados, la propuesta se dibuja como una gran plataforma que mira hacia el campus: toda la organización y disposición de los usos sirven a esta concepción. Así, los usuarios de las instalaciones, desde esta plataforma elevada que contiene las piscinas, tendrán vistas hacia el complejo universitario. El edificio se proyecta en grandes vuelos sustentados por una fuerte base que, además de salvar los desniveles existentes en el terreno, configura los vasos de las piscinas y contiene todos los servicios de depuración e instalaciones necesarias para el funcionamiento del programa. El contraste entre este basamento macizo, de naturaleza pesada y topográfica, y la ligereza de los grandes vuelos y paños de vidrio que rodean la planta pública de piscinas constituye uno de los argumentos formales básicos del proyecto. El acceso a las instalaciones se encuentra situado en el punto más elevado del edificio, lo que permite desarrollar en una única planta los usos fundamentales del programa. El resto de funciones de apoyo, vestuarios y servicios higiénicos, se organizan dispuestos en forma de L, abrazando las playas de las piscinas, las cuales ‘vuelan’ más allá de los límites impuestos por lo estructural y por lo estrictamente funcional.

La cubierta resulta ser una pieza fundamental del proyecto. Vista desde la altura de los bloques de viviendas que se encuentran frente a la parcela se convierte en la fachada e imagen principal del edificio. Desde el interior, donde conforma el techo de las piscinas, su geometría pretende ser determinante en la configuración de un espacio que se aleja y se proyecta hacia el campus. Un hormigón vasto en la base, el vidrio y la madera son los materiales utilizados tanto en el exterior como en la configuración de los espacios interiores de la piscina.